La navegación marítima experimenta a lo largo del siglo XIX una profunda transformación marcada por el gran aumento del comercio internacional, el desarrollo tecnológico, especialmente la rápida implantación de la propulsión a vapor a partir de mediados de la centuria, y la ejecución de importantes obras en los puertos acordes con las nuevas exigencias del tráfico marítimo, que en muchos casos convirtieron en auténticos puertos lo que anteriormente no pasaban de ser simples fondeaderos.
Los paisajes portuarios experimentan una profunda evolución en la segunda mitad del siglo. En la Memoria sobre el estado de las obras públicas en España en 1856 se habla de "los trabajos gigantescos que por todas partes hoy se emprenden, en nada se asemejan a los que hace bien pocos años se ejecutaban...". Se crean dársenas y muelles que acogen a un número creciente de barcos a vapor con tamaños y tonelaje muy superior a los de sus antecesores a vela. Hasta entonces, sin embargo, la mayor parte de las obras dependen todavía de iniciativas privadas, con un creciente concurso, no obstante, de las actuaciones del Estado desde la creación a mediados de siglo del Ministerio de Fomento. Su papel se convertirá poco después en fundamental, impulsando la paulatina y definitiva transformación de los puertos andaluces a partir del último tercio del XIX, mediante el instrumento de las Juntas de Obras de Puertos. A partir de las leyes de obras públicas de 1868 se crean Juntas de Obras de Puertos en los principales puertos andaluces: Sevilla (1872), Huelva (1873), Málaga (1874), Almería (1879), Cádiz (1902) y Algeciras (1906).
El comercio exterior inicia una llamativa expansión a partir de la década de 1850, tras el declive que supuso la independencia de gran parte de las colonias, apoyándose ahora sobre todo en la exportación de productos agrícolas y mineros. Pero crece aún más el tráfico de cabotaje, en el que el carbón tiene gran importancia. El puerto de Cádiz mantuvo su ventaja entre todos los españoles a pesar de la casi total descolonización del Nuevo Mundo. El de Málaga, que actúa como la principal vía de salida para los productos del viñedo y la industria, también se sitúa entre los primeros de la Península en la primera mitad del siglo, quedando el de Sevilla a cierta distancia. Mucha menor importancia revisten todavía otros puertos andaluces como los de Huelva y Almería, que empiezan a cobrar auge por su despacho de minerales, o Algeciras y Motril, a los que les llegará su turno ya en el siglo XX.
Fuente: Anuario estadístico de España correspondiente al año de 1858. Comisión de Estadística General del Reino, 1859 / Mapa itinerario militar de España. Depósito de la Guerra, 1865.
Descarga mapaTodavía a mediados del siglo XIX la diferencia entre puertos y abrigos o fondeaderos no era del todo clara. Las infraestructuras eran escasas en general y los navíos solían embarcar o desembarcar las mercancías anclados y sólo raramente atracados. Las aduanas estaban clasificadas según sus funciones: las de 1ª clase estaban habilitadas para el comercio universal de importación, exportación, cabotaje y administración de manufacturas de algodón; las de 2ª para el comercio general de exportación, importación y cabotaje, exceptuando el despacho de géneros de algodón; las de 3ª para el cabotaje, exportación al extranjero y para importar determinados artículos de esta procedencia; y las de 4ª clase sólo para el cabotaje y exportación al extranjero.
Fuente: Anuario estadístico de España correspondiente al año de 1858. Comisión de Estadística General del Reino. 1859.
Descarga tablaLas colonias suponían más de la mitad del comercio exterior español a principios del XIX, lo que explica el protagonismo del puerto de Cádiz, que se mantuvo como el puerto más importante del país incluso tras la independencia de la mayor parte de las colonias americanas.
Fuente: Moreau de Jonnés, A. Estadística de España. Traducida y adicionada por Pascual Madoz é Ibañez. Imprenta de A. Bergnes y Compañía. Barcelona. 1835.
Descarga tablaCerca de la mitad del valor de la exportación española por vía marítima a mediados del siglo XIX, y una cuarta parte de las importaciones se hacía pasando por puertos andaluces, especialmente en tres de ellos que concentraban más del 90% del comercio internacional: Cádiz, Málaga y Sevilla.
Fuente: Anuario estadístico de España correspondiente al año de 1858. Comisión de Estadística General del Reino. 1859.
Descarga mapa Descarga tablaEl comercio de cabotaje o interior estaba más repartido entre los distintos puertos y fondeaderos andaluces, aunque también destacan por las entradas y salidas de buques y el tonelaje de los mismos los puertos de Cádiz (alrededor del 40%), Málaga (22%) y Sevilla (9%), seguidos por los puertos de Almería, Algeciras, Adra, Garrucha, Marbella, Huelva, Motril-Calahonda, Sanlúcar de Barrameda, Moguer, Ayamonte e Isla Cristina, éste ya con un 1% del tonelaje de buques con entrada o salida en el conjunto de puertos o fondeaderos andaluces.
Fuentes: Anuario estadístico de España correspondiente al año de 1858. Comisión de Estadística General del Reino. 1859. Reseña geográfica y estadística de España. Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico. Madrid. 1888.
Descarga tablaEn la segunda mitad del siglo la flota mercante se renueva con cierta lentitud: el vapor se abre camino permitiendo la navegación de buques mayores y más rápidos. La mayor parte de la flota se dedicaba al comercio de cabotaje a mediados de siglo, y sólo un 20% de los barcos al comercio de altura. Éstos son los que se renovaron a la tracción mecánica con más rapidez. En 1858 los buques mercantes a vapor que operaban en puertos andaluces sólo representaban el 3% del total, y 28 años después, en 1886, ya suponían el 42%. Si se considera el tonelaje de los buques, en este año la tracción a vapor movía el 91% del total.
Plano del puerto de Málaga. Comisión Hidrográfica. José Montojo y J. Riudavets y Tudury. 1872. En estas fechas, la infraestructura del puerto de Málaga ha cambiado poco todavía en relación con la que tuviera a principios de siglo. Apenas destacan el Muelle Viejo a levante y el Muelle Nuevo junto al caserío de la ciudad. La gran ampliación y modernización del puerto se iniciaría en la década de 1880.
La ría, el puerto y la ciudad de Huelva, en una imagen de la Ilustración Española y Americana de la década de 1870. La activación de la minería onubense en la segunda mitad del siglo XIX convertiría al puerto de Huelva en el tercero de España en movimiento de mercancías (hacia 1893) después de los de Bilbao y Barcelona, al dar salida a los minerales de las explotaciones desde Riotinto hasta la frontera con Portugal.
Algeciras. Charles Cliford. The Illustrated London News, p.538. Entre 1870 y 1879. (Editor digital: Institut Cartogràfic de Catalunya). El creciente papel del puerto de Algeciras le vino dado por su estratégica posición como escala y depósito logístico en las rutas entre el Mediterráneo y el Atlántico.
Anuario estadístico de España correspondiente al año de 1858. Comisión de Estadística General del Reino. 1859.
Díaz Quidiello, J. Olmedo Granados, F. y Clavero Salvador, M. Atlas de la historia del territorio de Andalucía. Instituto de Cartografía de Andalucía, Sevilla, 2009.
Moreau de Jonnés, A. Estadística de España. Traducida y adicionada por Pascual Madoz é Ibañez. Imprenta de A. Bergnes y Compañía, Barcelona, 1835.
Grindlay Moreno, A.L.; Gómez Ordóñez, J.L. Los transportes ferroviario y marítimo en Andalucía. Revista de estudios regionales, nº 56. Universidades públicas andaluzas, 2000.
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