Atlas de Historia Económica de Andalucía ss XIX-XX

Atlas de Historia Económica de Andalucía ss XIX-XX Web de la Junta de Andalucía

EL SECTOR AGRARIO EN ANDALUCÍA

Andalucía entra en la Edad Contemporánea como una economía orgánica, caracterizada por el predominio del factor tierra, al igual que las de la mayoría de otras regiones y países de la época. Desde este punto de partida, en su evolución secular el sector agrario de la región andaluza mantiene una elevada importancia tanto en términos internos como comparativos con el conjunto nacional y europeo, posición que no es ajena, entre otros factores, a la quiebra del otrora próspero comercio colonial y a la debilidad de la industrialización andaluza. Un panorama de sello agrario y rural que, con significativos matices, se prolonga hasta los profundos cambios que consolidan la transformación de la estructura económica regional en el último tercio del XX, relegando el papel de las actividades agropecuarias a un segundo plano. Aun así, para estas fechas finales su contribución se sitúa todavía por encima de la media nacional, haciendo patente el peso y relativa especialización productiva regional en este sector, y fundamentalmente en el subsector agrícola.

La trayectoria de la economía agraria andaluza a lo largo de los siglos XIX y XX dista, sin embargo, de constituir un fenómeno estático de mera permanencia. Sobre la base de un sistema agroganadero en el que priman los cultivos de la tríada mediterránea (cereales, olivar, vid), en la primera centuria se asiste a la expansión y paulatina especialización, con el ascenso del olivar y el viñedo sobre todo, de la agricultura regional, seguidas de una grave crisis. El primer tercio del XX marca otra fase positiva, con un uso más intenso y selectivo de la tierra e iniciativas de renovación y modernización, insuficientes, no obstante, para evitar una nueva crisis desde la década de 1930, agudizada por los efectos de la Guerra Civil y sus secuelas, conducentes a un período de retroceso y estancamiento. Desde mediados de los cincuenta arranca, en fin, el proceso de desmantelamiento de la agricultura tradicional, del incremento de los regadíos, y de la definitiva modernización del sector.

Mapa de cultivos y usos del suelo. Andalucía 1956

Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Elaboración propia.

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El mapa de Andalucía con la distribución de cultivos y usos del suelo en 1956 facilita una lectura cartográfica de las bases territoriales del sector agrario regional en unos momentos en que todavía perduran buena parte de sus pautas tradicionales, eso sí, evolucionadas desde sus principios al comienzo de la Edad Contemporánea, antes de su gran transformación en las décadas subsiguientes. Bajo un clima en el que la disponibilidad de recursos hídricos es factor determinante, medio físico y aprovechamientos guardan una estrecha relación, definiendo grandes zonas agrarias. Por un lado, la depresión del Guadalquivir es el gran eje de las tierras labradas, con regadíos al hilo de los cauces, arrozales junto al curso inferior del gran río, que en 1954 cubrían 6.500 ha, enormes extensiones de cultivos herbáceos de secano en las campiñas bajas, concentraciones de viñedo en algunos puntos (Condado onubense, Marco de Jerez, Montilla-Moriles al sur de Córdoba…) y dilatados olivares en áreas de colinas y en campiñas altas y franjas de piedemonte hacia el interior. Esquema que, a menor escala y matices propios, se reproduce en el surco de llanuras que discurre entre los relieves béticos. Por otro lado, Sierra Morena configura al norte una ancha banda forestal, de arbolado, matorral y pastizales, dominio de la dehesa, con intrusiones de tierras de labor, como en el Alto Guadiato y Los Pedroches, olivares y viñedo en enclaves apropiados, desde Huelva y Sevilla a Córdoba y Jaén. Mucho más compleja es la distribución en el tercio sudoriental de los Sistemas Béticos y sus intersticios hasta la costa, con angostos y fértiles valles agrícolas y llanuras litorales de regadíos y cultivos heterogéneos, altiplanos interiores cerealistas y de pastos y amplios distritos forestales al que se superpone un mosaico de aprovechamientos (sembradura, almendros…) de precaria agricultura de montaña.

Superficie agraria y aprovechamientos en Andalucía 1830-2000

Fuente: Parejo Barranco, A. Historia económica de Andalucía contemporánea. Editorial Síntesis, Madrid, 2009. Zambrana Pineda, J.F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006. Elaboración propia.

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En la Edad Contemporánea, Andalucía depara unos porcentajes de superficie agraria o productiva sobre la superficie total que superan ligeramente a la media española, y con cierta amplitud si el término de comparación se reduce a Andalucía occidental, restando una superficie improductiva entre apenas un 11% y un 7,5% entre principios y fines del siglo XX. En el desglose del total de superficie agraria, Andalucía ofrece asimismo una proporción más elevada de superficie labrada, o agrícola, que la media nacional, en una evolución de tendencia general ascendente desde el siglo XIX al XX que apunta la expansión y vicisitudes del sector, con una ganancia final de casi un millón de hectáreas de labrantíos, a costa, sobre todo, de terrenos forestales y pastos, que menguan en unas novecientas mil. Favorecido por medidas como la liberalización del mercado de la tierra y las desamortizaciones, un primer y muy notable impulso expansivo de la superficie agrícola acontece hasta fines del XIX, dándose a renglón seguido una pausa, y claro retroceso en Andalucía occidental, con el abandono de las tierras menos productivas de reciente roturación. La expansión se reanuda con fuerza una vez iniciado el XX hasta finales de su primer tercio, estabilizándose en los años siguientes hasta una nueva fase de crecimiento, más suave, desde la década e 1960, cuando las superficies labrada y no labrada se equiparan, con un leve avance final de la primera.

Superficie labrada y cultivos en Andalucía 1890-2006

Fuente: Parejo Barranco, A. Historia económica de Andalucía contemporánea. Editorial Síntesis, Madrid, 2009.

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La evolución a grandes rasgos del reparto de los distintos cultivos en el conjunto de la superficie agrícola de Andalucía entre los siglos XIX y XXI evidencia claras tendencias de cambio y reestructuración. Mientras la amplia extensión destinada a cereales y leguminosas, característica de la agricultura tradicional, pierde terreno de manera sostenida en el largo plazo, lo ganan, por el contrario, los cultivos que ahondan la especialización comercial del sector agrícola andaluz. El olivar crece de modo continuado y se impone como principal cultivo regional en términos de superficie; la superficie del viñedo progresa asimismo, aunque para retraerse de manera muy considerable en el último cuarto del XX, en tanto que los cultivos hortofrutícolas e industriales experimentan por su parte una notable expansión en la segunda mitad del siglo, hasta rebasar incluso a los cereales antaño predominantes.

Población activa agraria y aportación del producto agrario al PIB regional 1830-2006 / Índice de producción agrícola en Andalucía 1830-2006

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Fuente: Parejo Barranco, A. Historia económica de Andalucía contemporánea. Editorial Síntesis, Madrid, 2009.

El peso socioeconómico del sector agrario en la región andaluza durante los dos últimos siglos queda puntualmente reflejado en las cifras porcentuales de su cuota respecto a la población activa y el PIB regional. Hasta mediados del XX, la población activa agraria supone nada menos que entre el 60 y casi el 70% del total de la población activa, con una aportación asimismo importante al PIB para esas fechas, hacia el tercio del total, dispar contribución que, con todo, acusa la baja productividad de las actividades agropecuarias. El apreciable descenso, casi desplome, de estos porcentajes no se produce hasta ya entrada la segunda mitad del XX, cuando las drásticas reducciones tanto de la población activa agraria como de la aportación del sector evidencian el cambio estructural de la economía andaluza. En paralelo a estos datos, el índice de producción agrícola en Andalucía se hace eco de su rápida escalada en el siglo XIX, en buena parte debida a la ampliación del espacio cultivado, su moderado avance en el XX hasta la década de 1930, su virtual estancamiento posterior y, desde 1960, su vigoroso despegue impulsado por la modernización del sector.

Producción agrícola y ganadera en la Producción Agraria Final 1890-2006

Fuente: Parejo Barranco, A. Historia económica de Andalucía contemporánea. Editorial Síntesis, Madrid, 2009.

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La participación de los dos principales subsectores, el agrícola y el ganadero, del sector agrario en la producción agraria final desde fines del siglo XIX a los comienzos del XXI dan idea de su estructura en Andalucía. Muy claro es el predominio, continuado, del subsector agrícola, por encima del 70% hasta remontarse finalmente más allá del 80%, con cuotas siempre superiores al conjunto de España (77,3% en 1900, o 57,6% en 1998), donde la incidencia de la ganadería es mayor y con una fuerte tendencia ascendente. En Andalucía, el subsector pecuario rebasa inicialmente y se equipara hasta mediar el XX con el porcentaje medio nacional, pero en su segunda mitad se distancia, pues mientras en España la producción final ganadera pasa a suponer un 31,6% dela producción agraria final en 1955 y un 38% en 1998, en la región andaluza se mantiene en cifras que no se alejan del 20%. Mucho más reducida es en todo el período la aportación porcentual de la producción forestal, asimismo inferior a la media española, con un 8,6% en 1900 (13,2 para España) y un mero 1,9% en 1998 (3,5 para España).

Producción agrícola y cultivos 1890-2006

Fuente: Parejo Barranco, A. Historia económica de Andalucía contemporánea. Editorial Síntesis, Madrid, 2009.

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La consideración del valor de la producción de los principales cultivos demuestra, al igual que la evolución de superficies de cada uno, el tránsito desde una economía agrícola tradicional, con una vertiente preponderante de la producción cerealista ligada al consumo interior y mercados cercanos, hacia una estructura más especializada en producciones comerciales de mayor alcance, con un notable componente exportador. Estas producciones, a su vez, se reorientan desde el protagonismo del olivar y el viñedo al de los cultivos hortofrutícolas e industriales, que alcanzan la primacía en la segunda mitad del XX. Respecto al conjunto español, la producción de cereales-leguminosas se acompasa primero con las medias nacionales, para situarse después en posición claramente inferior, mientras la del olivar andaluz las rebasa, con mucho, en todo momento, la del viñedo se sitúa en magnitudes inferiores, al igual que las de los cultivos hortofrutícolas e industriales, aunque en este caso la posición relativa sea más pareja, para acabar superándolas con holgura en los años de cierre del siglo XX.

Consumo de abonos químicos en Andalucía 1890-2006

Fuente: Parejo Barranco, A. Historia económica de Andalucía contemporánea. Editorial Síntesis, Madrid, 2009.

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El proceso de renovación técnica de las explotaciones agrícolas andaluzas tiene uno de sus indicadores en el uso de fertilizantes artificiales, junto al aumento de tierra cultivada, la introducción de maquinaria y el descenso de la población activa agraria. Complementada por el empleo del estiércol de una cabaña ganadera en aumento, su difusión se propagó en el primer tercio del XX, para incrementarse a mayor escala en la modernización emprendida a partir de los años sesenta del siglo.

Mecanización de la agricultura andaluza: tractores 1932-1996

Fuente: Carreras, A. y Tafunell, X. (coords.). Estadísticas históricas de España. Siglos XIX-XX. I, Fundación BBVA, Bilbao, 2005. Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006.

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Junto con las antiguas locomóviles y maquinaria de vapor, uno de los índices más expresivos de la modernización de la agricultura, por cuanto la independiza de la tradicional simbiosis agropecuaria en las labores, es la introducción del tractor, más allá de los arados, trilladoras y otro instrumental moderno pero todavía dependiente de la fuerza animal. Su llegada a Andalucía es temprana y en cifras considerables en un principio, pero con una distribución muy desigual en las distintas provincias, con un neto predominio en las explotaciones más capitalizadas de Andalucía occidental. Su avance se retardaría después respecto al conjunto nacional, hasta su expansión masiva en el último cuarto del siglo XX.

Los aprovechamientos agrarios entre la Edad Moderna y la Contemporánea

Fuente: Fuente: Díaz Quidiello, J., Olmedo Granados, F. y Clavero Salvador, M. Atlas de la historia del territorio de Andalucía. Instituto de Cartografía de Andalucía, Sevilla, 2009.

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En una perspectiva histórica de la economía agraria andaluza, los cultivos cerealistas requieren una atención particular, por cuanto constituyeron durante largo tiempo la rama fundamental de la agricultura de la región al proporcionar la base de la alimentación cotidiana de la población. Una restitución de los aprovechamientos agrarios en varias áreas de Andalucía en el paso del siglo XVIII al XIX permite apreciar su presencia mayoritaria en gran parte del territorio: la sembradura de secano prevalece con abrumadoras proporciones en los principales distritos agrícolas; igualmente, los cultivos cerealistas suponen también un porcentaje de consideración en los regadíos, como en los casos de las vegas de Granada y Guadix-Baza. Como excepciones en este horizonte predominante del cereal se señalan el peso de los terrenos de dehesa y pastos en la Sierra Morena cordobesa y de la vid en los alrededores de Málaga y la Axarquía, comarcas que se sustraen a las exigencias de la producción para el abasto en favor de una agricultura comercial de decidida orientación exportadora.

Cultivos herbáceos en Andalucía 1900-2000

Fuente: Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006. Elaboración propia.

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Cultivos herbáceos en Andalucía por municipios 1999

Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.

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La reducción, de casi 700.000 ha, desde el siglo XIX a fines del XX de la superficie labrada de cultivos herbáceos, entre los que los cereales y leguminosas para grano vienen a representar más del 60%, es indicio de la paulatina especialización productiva del espacio agrícola andaluz y de su alejamiento de los esquemas tradicionales anteriores. Frente a su dispersión generalizada imperante a principios de la Edad Contemporánea, a fines del XX los cultivos herbáceos cerealistas se restringen a las áreas más aptas: campiñas de la provincia de Cádiz, Tierra Llana de Huelva, campiñas bajas de Sevilla y Córdoba sobre todo, mesetas del norte cordobés y de Ronda, Llanos de Antequera y Tierra de Alhama, Montes de Granada, altiplanos y hoyas orientales granadinas, comarca de los Vélez en Almería. En las campiñas altas interiores, las tierras de labor ceden ante el olivar, mientras también acaban por menguar en sectores serranos y tierras áridas del sureste con la crisis de la agricultura de montaña desde mediados del XX, resultando en el abandono de numerosas explotaciones marginales de bajos rendimientos.

Producción de trigo en Andalucía 1900-2000

Fuente: Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006. Elaboración propia.

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Sobre una superficie sembrada de trigo de unas 750.000 ha a comienzos del XX, que se mantiene más o menos estable para ascender levemente durante los años cincuenta, a raíz de las políticas proteccionistas de la autarquía, y caer hasta el final del siglo en más de 200.000 ha, la producción triguera, sujeta a las agudas oscilaciones anuales que impone la climatología a la sembradura de secano, muestra, sin embargo, una trayectoria diferente. En la primera mitad de la centuria, la producción mantiene unos promedios decenales en torno a las 700.000 toneladas, con un desplome en la década posterior a la Guerra Civil, subiendo desde la década de los cincuenta hasta promedios por encima del millón de toneladas, debido al claro ascenso de los rendimientos gracias a las mejoras técnicas y una explotación más selectiva de las tierras.

La representación del reparto provincial de la producción triguera andaluza a lo largo del siglo XX muestra unas posiciones de partida aún relativamente equilibradas al comenzar la centuria, salvo en el caso de Almería y Huelva, con producciones inferiores. Con el transcurso del tiempo, y en especial a partir de la modernización agrícola que cobra fuerza desde la década de 1960, Sevilla, Córdoba y Cádiz se destacan nítidamente sobre las demás provincias, dada la reorientación preferente de algunas hacia otros cultivos, como Jaén, hacia el olivar, y la marginación de las tierras menos productivas, como las de los distritos de montaña del tercio sudoriental de la región.

Detalle del óleo de Gonzalo Bilbao La siega en Andalucía (1895); a la derecha, publicidad de abonos agrícolas con agencias en las provincias de Sevilla, Málaga y Cádiz, en un número de la revista Bética de 1916. Dos imágenes que se hacen eco, por un lado, de la secular persistencia en la agricultura andaluza de los sistemas tradicionales, como la cosecha de cereales a mano por cuadrillas de segadores, y, por otro, de las iniciativas para su modernización desde el primer tercio del siglo XX, con medidas como el uso de fertilizantes artificiales.

Estas dos portadas de ejemplares dedicados a la región andaluza de las revistas Fomento Agrícola de Andalucía, de 1920, y Agricultura, de 1975, ponen de manifiesto el sustancial proceso de modernización del sector agrario andaluz entre la primera y la segunda mitad del siglo XX gracias a su tecnificación, en este caso en relación con la mecanización de las labores. Mientras la primera muestra en su cubierta la faena de arado con una yunta de bueyes, el sistema tradicional para los suelos profundos destinados a la producción cerealista, en la segunda se contemplan los tractores y cosechadoras que reemplazaron el uso de la fuerza animal en las tierras de sembradura. A la derecha, una tarjeta postal franqueada en Almería en 1931 publicita los productos irrigados hortofrutícolas españoles para la exportación, el ramo de la agricultura andaluza más dinámico en cuanto a su aportación al valor de la producción agraria de Andalucía a lo largo de la Edad Contemporánea, hasta suponer ya, junto con los cultivos industriales, más de la mitad de este apartado en las últimas décadas del siglo XX.

Almazara industrial y cosecha de la aceituna en un olivar de Sevilla, en una postal de la década de 1920, y viña del Cerrón, en Jerez de la Frontera, en otra tarjeta, fechada en 1904. Con distintas trayectorias, el olivar y el viñedo, y más tarde las producciones hortofrutícolas, capitanean la progresiva especialización del sector agrario andaluz hacia una agricultura de orientación comercial y exportadora a lo largo de la Edad Contemporánea.

REFERENCIAS

Carreras, A. y Tafunell, X. (coords.). Estadísticas históricas de España. Siglos XIX-XX. I, Fundación BBVA, Bilbao, 2005.

Díaz Quidiello, J., Olmedo Granados, F. y Clavero Salvador, M. Atlas de la historia del territorio de Andalucía. Instituto de Cartografía de Andalucía, Sevilla, 2009.

García Sanz, A. y Garrabou, R. (eds.), Historia agraria de la España contemporánea. Cambio social y nuevas formas de propiedad (1900-1960). Barcelona, 1985.

García Sanz, A. y Garrabou, R. (eds.), Expansión y crisis (1850-1900). Barcelona, 1985.

Garrabou, R., Barciela López, C. y Jiménez Blanco, J. I. (eds.), Historia agraria de la España contemporánea. El fin de la agricultura tradicional (1900-1960). Barcelona, 1986.

Grupo ERA (Estudios Rurales Andaluces), Las agriculturas andaluzas. Madrid, 1980.

Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.

Mignon, C. Campos y campesinos de la Andalucía mediterránea. Madrid, 1982.

Parejo Barranco, A. La producción industrial de Andalucía (1830-1935). Instituto de Desarrollo Regional, Sevilla, 1997.

Parejo Barranco, A. Historia económica de Andalucía contemporánea. Editorial Síntesis, Madrid, 2009.

Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006.