Cartografía urbana de Andalucía: Almería 1897
Gabriel Pradal representa gráficamente el nacimiento y expansión de la Almería burguesa decimonónica. La fase de expansión, amparada por el nuevo orden socioeconómico, se desarrolla en la segunda mitad de siglo mediante la planificación de ensanches como principal planteamiento urbanístico.
La conversión de Almería en capital de la provincia, el crecimiento demográfico, las nuevas propuestas económicas para la industria, comercio y agricultura, junto con el auge de la minería de hierro y plomo, cuyos yacimientos de las sierras de Almagrera y Gádor adquieren la máxima importancia a escala internacional, impulsan la actividad económica y la necesidad de fomentar la transformación urbana y las infraestructuras ferroviaria y portuaria. Los cambios estratifican la sociedad, y la burguesía y el creciente número de jornaleros configuran la comunidad urbana.
El derribo de las murallas en 1855 establece el arranque del desarrollo urbano, que recae en su mayor parte sobre las huertas de los conventos desamortizados que pasan a manos de la burguesía. La expansión, controlada por las Ordenanzas Municipales de 1864, tiene dos vertientes. Por un lado se plantea la figura del ensanche o área planificada con su variante de barrio obrero. Por otro, se interviene en el casco histórico consolidado mediante el expediente técnico de alineación de calles. Con carácter general, la expansión tiene un carácter fragmentario, tanto espacial como temporalmente. Se realizó sin atenerse a una visión de conjunto. Con este planteamiento se acomete la expansión interior de remodelación del casco histórico y la expansión exterior con el ensanche burgués de levante realizada a partir del Paseo de Almería, el ensanche obrero de poniente en el área del Reducto, el ensanche sur con la construcción del puerto, el ensanche norte sobre la Huerta de Jaruga y los barrios obreros periféricos. La expansión a levante estaba condicionada por el encauzamiento previo de la rambla del Obispo, y cuando se realiza frena los proyectos utópicos del arquitecto municipal Trinidad Cuartara que planifica sendas retículas de manzanas cuadradas o rectangulares con las esquinas achaflanadas.
La Almería burguesa decimonónica tiene como referentes arquitectónicos la remodelación del Ayuntamiento, los teatros Apolo y Cervantes, el Instituto de Enseñanza Media, el colegio de la Purísima, la Compañía de María, el Palacio Episcopal, el Cementerio, el cuartel de la Misericordia, la plaza de toros, el Mercado y la estación de ferrocarril, evidenciando que la arquitectura y el urbanismo constituyen momentos distintos de una misma realidad operativa.
Gabriel Pradal Ruiz. Barcelona, Henrich y C.ª, 1897.
Litografía, 75 x 82 cm en h. 89 x 94 cm. Escala 1:5.000.
España. Ministerio de Defensa. Instituto de Historia y Cultura Militar.
Archivo General Militar de Madrid, AL-3/17.
https://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/prodCartografia/cartoteca/galeria/almeria1897.htm
Detalle del mapa de Almería en el entorno de la Alcazaba
Cartografía urbana de Andalucía: Almería 1771
El ingeniero militar Carlos Masdeu representa gráficamente la Almería ilustrada, la ciudad de transición entre la Almería anterior al siglo XVIII y la ciudad burguesa decimonónica.
El desarrollo urbano de Almería del XVIII es consecuencia de factores demográficos y socioeconómicos favorables que generan el aumento de la actividad comercial de carácter marítimo, donde el sector agrícola cerealista, con buenos rendimientos en maíz, cebada y trigo, se convierte en motor del desarrollo demográfico junto con el sector industrial, que incorpora nuevas actividades de producción consistentes en fábricas de salitre, jabonerías, esparterías y hojalaterías, que se añaden a la actividad minera de explotación del plomo de la sierra de Gádor, los granates de Níjar y el albayalde de Cabo de Gata.
La estructura urbana expresa la herencia de la Almería islámica de los siglos X al XV, de la ciudad conventual del XVI y XVII, y el aumento de la actividad edificatoria del siglo XVIII, tanto en el interior del recinto murado como extramuros. Interiormente se produce un proceso de densificación progresiva materializada por la construcción de nuevos conventos, la ordenación y transformación de vacíos urbanos en plazas, la configuración de calles integrando la edificación dispersa y la formación de nuevas calles y manzanas. A extramuros se conforman nuevos barrios apoyados en los caminos de acceso a la ciudad.
En la dinámica de consolidación y compactación de la ciudad se reconocen dos movimientos opuestos. Por un lado, se conecta con la tradición anterior construyendo los conventos de Santa Clara y Santo Domingo, y por otro, se produce un crecimiento urbano precursor de la expansión del XIX.
En el barrio de la Almedina se definen calles y manzanas en torno a las calles Real de la Almedina y Pedro Jover. En el ensanche a levante de la ciudad islámica se consolidan los barrios de Coca, Peñas y Hospital, y se perfilan las actuales plazas del centro histórico: Constitución, Administración Vieja, Catedral, Granero, Pino, Gómez Campana, Bendicho, Careaga, del Monte, Flores, San Pedro y Virgen del Mar.
A extramuros, el barrio de Las Huertas experimenta el mayor crecimiento, alineando la edificación sobre los caminos de Granada y Murcia, con una tipología rural manifiesta por la presencia de corrales y huertos. Junto a Las Huertas se desarrolla el Barrio Alto. A levante, junto a la Puerta del Sol, se forma la calle de la Vega, y al sur, junto a la playa de las Almadrabillas, surge el barrio de Pescadores.
Plano de la Plaza de Almeria
[Carlos Masdeu. S. l., ca. 1771]
Manuscrito coloreado, 72,2 x 55,1 cm. Escala [ca. 1:3.582].
España. Ministerio de Defensa. Instituto de Historia y Cultura Militar.
Archivo General Militar de Madrid, AL-3/3.
https://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/prodCartografia/cartoteca/galeria/almeria1771.htm
Andalucía, la imagen cartográfica: arzobispado de Granada en 1743
Versión pictórica, de mano anónima, del mapa grabado de comienzos del siglo XVII atribuido a Ambrosio de Vico y al platero Alberto Fernández. Reproduce su contenido geográfico sin alteraciones sustanciales. Tan solo se diferencian en añadidos yuxtapuestos, no carentes de interés, como la distinción de los partidos y 22 vicarías de la diócesis, con el número de sus vecinos. Asimismo, se suma una pequeña imagen de la Virgen del Mar sobre Almería, y los navíos que aparecían en la estampa de A. Fernández se adaptan a la fisionomía de las embarcaciones del siglo XVIII. La fecha inscrita en una de las leyendas ha perdido una cifra borrada (17-3), estimándose su datación en 1743.
Es una de las escasas pinturas existentes con la imagen cartográfica de un ámbito territorial relativamente amplio dentro del área andaluza. Puede considerarse una obra de intención representativa y estadística, más que de propósitos prácticos aplicados, destinada a dar noticia pública del alcance jurisdiccional del arzobispado granadino.
Anónimo
1743?
Descripcion del arzobispado de Granada
Óleo sobre lienzo. Escala indeterminada.
Arzobispado de Granada.
https://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getetiqueta/id/119945
Andalucía, la imagen cartográfica: Sierra Nevada
Mapa de Sierra Nevada, con secciones de las provincias de Granada y Almería, que ha sido considerado la mejor obra cartográfica realizada sobre esta formación montañosa de Andalucía hasta fines del siglo XIX. De escala relativamente detallada, recoge una densa red hidrográfica, numerosas poblaciones, las principales vías de comunicación terrestres y una sugestiva articulación del relieve modelado por sombreado, presentando el moderno aspecto que se generalizaría en muchos de los mapas del siglo XX.
Otto Neussel
[Viena], 1899
Karte der Sierra Nevada
Litografía, 43×58 cm. Escala 1:200.000.
Biblioteca Nacional de España (Madrid). MR/34/830.
https://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getetiqueta/id/19973
Andalucía, la imagen cartográfica: las provincias andaluzas
Desde la década de 1840 hasta fines del XIX se asiste al triunfo indiscutible de la provincia como marco geográfico de representación preferente en la cartografía de Andalucía, fenómeno que resulta paralelo al agudo descenso de las imágenes de conjunto o de amplias fracciones de la región. Tras consolidarse la división provincial de 1833, puede decirse que la provincia y la nación se erigieron en los dos polos básicos de la producción cartográfica sobre España de cierto alcance espacial, en detrimento de los mapas dedicados a los ámbitos más o menos regionales.
Los primeros mapas que surgen de las actuales provincias andaluzas son obras aisladas de factura local y documentos manuscritos de oficiales del ejército. No fue hasta 1846-1847 cuando por fin se editó una serie cartográfica de todas las provincias españolas, impresa en Barcelona con grabados de Ramón Alabern y E. Mabón, inaugurando una línea editorial llamada a tener gran éxito. Distribuida por entregas, según era corriente para toda clase de publicaciones en el siglo XIX, y agrupada en ediciones sucesivas hasta 1854 bajo diversas denominaciones – Atlas geográfico, histórico y estadístico de España y sus posesiones de Ultramar, Atlas que contiene 38 mapas de provincias de España…-, esta colección pionera incluyó cinco láminas con la representación de las ocho provincias de Andalucía, cuya identidad regional quedaba de algún modo reconocida al insertarse en sus títulos el subrayado «Parte de Andalucía». La originalidad de las estampas de Alabern y Mabón estriba más en su fórmula de presentación que en su contenido geográfico, pues no pasan de ser simples versiones por fragmentos del mapa de Andalucía de A. H. Dufour de 1837, aunque introduzcan, eso sí, varias correcciones y reajustes de detalle. Es de notar, por ejemplo, que en Córdoba se rectifica el límite septentrional, mientras que la lámina de Cádiz incorpora un recuadro con Ceuta, ciudad adscrita a dicha provincia desde 1833 hasta 1925.
Ramón Alabern, E. Mabón
Barcelona, 1847
Provincias de Sevilla y Huelva…
Grabado, 28 x 41 cm.
Escala [ca. 1:585.000].
Biblioteca de Andalucía (Granada).
MD 6-13.
https://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getetiqueta/id/19984
El proyecto ITACA ya tiene su primer municipio almeriense: Adra aprueba en pleno la denominación de sus asentamientos poblacionales
El pleno del Ayuntamiento de Adra aprobó el pasado 16 de junio la propuesta de denominación de los asentamientos poblacionales del municipio a efectos del Inventario Toponímico de Asentamientos de la Comunidad de Andalucía (ITACA). En concreto, en el municipio del Poniente de Almería se han identificado 58 asentamientos. Dado el peculiar carácter de su poblamiento, que cuenta con un gran número de nuevos asentamientos vinculados con las explotaciones agrarias intensivas del litoral, los nuevos desarrollos industriales y de servicios próximos a la capital municipal, junto con las tradicionales cortijadas ubicadas en los terrenos con relieve más accidentado, Adra cuenta con un importante elenco de asentamientos entidades de poblamiento que responden a una variada tipología.
Distribución de los 58 asentamientos identificados en Adra, a los que se le ha asignado un topónimo, validados y normalizados gracias a su aprobación por el pleno del Ayuntamiento.
Sierra de los Filabres: abandono de la agricultura de montaña. Reforestación. Las actividades científicas en Calar Alto (Bacares-Gérgal, Almería)
La Sierra de los Filabres se extiende de oeste a este por la zona central de la provincia de Almería como prolongación de la Sierra de Baza. Por el pie de su vertiente norte discurre el río Almanzora. Al sur, los campos de Gérgal, Tabernas y Sorbas. La línea de cumbres se mantiene en buena parte por encima de los 1.900 m, siendo su cota más alta Calar Alto (2.168 m). Su rica biogeografía relacionada con los pisos altitudinales ha sido transformada dos veces. Primero en un largo proceso de sabio aprovechamiento de los recursos adaptados a unas condiciones hostiles (fuertes pendientes, temperaturas extremas, precipitaciones irregulares) que sin embargo acabó con la práctica desforestación por una excesiva presión antrópica, y por el desarrollo de actividades mineras e industriales.
El proceso inverso se realiza en la segunda mitad del siglo XX cuando el Estado interviene de forma masiva comprando miles de hectáreas o conveniando con los propietarios, y realiza en pocos años una de las mayores reforestaciones conocidas en Andalucía. Superada esta frenética actividad, la comarca se despuebla, desapareciendo muchas de las pequeñas poblaciones cuyos ruedos agrícolas fueron abandonados y reforestados.
Hoy día el proceso de naturalización de los bosques está permitiendo una valorización ambiental (diversidad ecológica) y económica (desarrollo de actividades naturalísticas y turísticas) de estos espacios de alta y media montaña situados en un medio árido. De forma particular, las actividades científicas en las cumbres han tenido y tienen una extraordinaria importancia con el emplazamiento en Calar Alto del centro de observación astronómico hispano-alemán.
Carboneras, de pueblo agrícola y pesquero a polo industrial y turístico del Levante Almeriense
En medio siglo la población de Carboneras ha conocido una transformación radical. Soporte de una economía marginal primaria de subsistencia, en la década de los 70 y 80 conoce la implantación de dos modernas plantas industriales que transformaron su paisaje, pero que por sí solas fueron incapaces de facilitar un desarrollo equilibrado del tejido económico local, y que, por el contrario, acusan las contradicciones de un modelo exógeno y desequilibrado. La valoración de los recursos naturales presentes a partir de la declaración del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, el desarrollo de las actividades turísticas, el impulso de las actividades pesqueras y portuarias y la solución de uno de los principales cuellos de botella, la falta de agua, han transformado radicalmente el triste panorama que dibujó Goytisolo a mitad del siglo XX.
Rodalquilar: Fiebre del oro, abandono y nueva valorización paisajística y cultural
“Rodalquilar forma un semicírculo de tierra labrada y verdeante, con algo de apariencia de anfiteatro. Las roquizas montañas alzan sus muros como si quisieran abrigarlo y defenderlo de la vulgaridad de la vida civilizada, adurmiéndolo en sus abruptos senos de piedra. Sólo por oriente se había derrumbado su pared de circo romano, y por el desgarrón las aguas prolongaban el azul del cielo y extendían el horizonte hacia la fronteriza costa de Argelia, como si en su continuo batir hubieran socavado y hundido su muralla.”
Carmen de Burgos “Colombine” (1867-1931). Escritora que pasó su infancia en Rodalquilar, precursora de la emancipación femenina y primera mujer periodista en lengua castellana
El Valle de Rodalquilar y su aneja zona minera tienen un origen volcánico al igual que la Sierra del Cabo de Gata de la que forma parte. La denominada Caldera de Rodalquilar de forma elíptica de 8 por 4 kilómetros se encuentra abierta al mar por uno de sus extremos (rota por la erosión litoral) y rodeada de formaciones montañosas. Aunque cortijadas, aljibes y norias dan testimonio de una intensa actividad agrícola y ganadera, éste es fundamentalmente un paisaje minero asociado a la extracción de oro que nos ha dejado numerosas huellas que muestran la importancia que adquirió una actividad que sufrió numerosos avatares. Abandonada tras el cierre de las instalaciones de ADARO en 1966, su localización en un entorno paisajístico y ambiental privilegiado, ha favorecido su elección como centro administrativo del Parque Natural del Cabo de Gata, y la ubicación de una oferta turística que busca ser compatible con la preservación de los valores que lo han convertido en uno de los lugares más atractivos del Parque.
Poblaciones desaparecidas por catástrofes naturales: Los Orives (Huércal-Overa)
A lo largo de la historia reciente de Andalucía no es una rareza la desaparición de núcleos de población, bien por la pérdida de la función que les dio razón de ser, como es el caso de los poblados mineros; por su declive demográfico natural, como ha sucedido con numerosas aldeas serranas; o por ser afectadas por la construcción de grandes infraestructuras, como ocurrió en la segunda mitad del siglo XX con poblaciones e incluso con capitales municipales abandonadas al ser inundadas por las aguas de algún embalse.
Menos común es la desaparición en tiempos recientes de alguna población por una catástrofe natural, o por las condiciones adversas ambientales, como sucedió con la aldea perteneciente al municipio de Huércal-Overa, Los Orives, cuya localización expuesta a las avenidas del río Almanzora obligó a su abandono junto con las feraces huertas que le daban razón de ser. Este abandono fue irreversible con la construcción en 1988 del embalse de Cuevas de Almanzora, gran infraestructura hidráulica que tiene la peculiaridad dentro del sistema de grandes presas andaluzas de permanecer prácticamente vacío la mayor parte del tiempo, y por tener un régimen muy irregular pues a lo largo de su corta historia ha conocido episodios de llenados súbitos, además de funcionar como obra de defensa ante las avenidas y como depósito de recepción de dos de los trasvases intercuencas más significativos de Andalucía: el Tajo-Segura y el Negratín-Almanzora.