Poblaciones desaparecidas por catástrofes naturales: Los Orives (Huércal-Overa)

Publicado el 31.octubre.2014 por IECA y archivado en Cartografía

A lo largo de la historia reciente de Andalucía no es una rareza la desaparición de núcleos de población, bien por la pérdida de la función que les dio razón de ser, como es el caso de los poblados mineros; por su declive demográfico natural, como ha sucedido con numerosas aldeas serranas; o por ser afectadas por la construcción de grandes infraestructuras, como ocurrió en la segunda mitad del siglo XX con poblaciones e incluso con capitales municipales abandonadas al ser inundadas por las aguas de algún embalse.

Menos común es la desaparición en tiempos recientes de alguna población por una catástrofe natural, o por las condiciones adversas ambientales, como sucedió con la aldea perteneciente al municipio de Huércal-Overa, Los Orives, cuya localización expuesta a las avenidas del río Almanzora obligó a su abandono junto con las feraces huertas que le daban razón de ser. Este abandono fue irreversible con la construcción en 1988 del embalse de Cuevas de Almanzora, gran infraestructura hidráulica que tiene la peculiaridad dentro del sistema de grandes presas andaluzas de permanecer prácticamente vacío la mayor parte del tiempo, y por tener un régimen muy irregular pues a lo largo de su corta historia ha conocido episodios de llenados súbitos, además de funcionar como obra de defensa ante las avenidas y como depósito de recepción de dos de los trasvases intercuencas más significativos de Andalucía: el Tajo-Segura y el Negratín-Almanzora.

El río Almanzora es el de mayor longitud de la provincia de Almería, con un recorrido de 90 kilómetros y es una zona de paso tradicional utilizada por diversas culturas hacia el interior de Andalucía. Durante el periodo romano era llamado Surbo, derivación de flumen superbum o río soberbio por sus terribles crecidas. Durante toda su historia son famosas las destructivas avenidas de este río: la última gran riada sucedió en octubre de 1973, coincidiendo con los efectos de una gota fría que provocó lluvias torrenciales con efectos catastróficos. Se trata de una cuenca ubicada en la zona más árida peninsular, con unas precipitaciones medias de 285 mm, caracterizada por la torrencialidad de estas precipitaciones y su carácter irregular. Las avenidas de los cursos fluviales se ven favorecidas por la fuerte pendiente media de la cuenca, propiciada por la presencia de los potentes espacios serranos de Filabres y Estancias, la falta de vegetación y la presencia de suelos desnudos y frágiles. En caso de presentarse avenidas, la energía de arrastre y transporte es muy considerable.

La situación antes de la gran avenida. Los Orives 1959

La provincia de Almería al iniciarse la segunda mitad del siglo XX se encontraba en una situación de atraso social y económico que favorecería movimientos emigratorios muy intensos. Este atraso venía provocado por su dependencia de unas actividades primarias en las que el 80% de los años las cosechas se anulaban o se veían diezmadas por la falta de agua, y en la que su mayor riqueza, los regadíos, al menos en la mitad de su superficie tenían un carácter en precario y eventual. Por otro lado, se trata de un espacio de gran valor paisajístico: frente a la aridez de otras zonas de Almería, entre los ríos Antas y Almanzora surgía una intermitente fértil vega que originaba un paisaje de huertas y casas de labor. La feracidad de estas tierras, a pesar de que el caudal de agua de estos ríos es irregular, propició su tradicional orientación agrícola teniendo como base el legado hidráulico romano y andalusí, cuando el manejo del agua y su uso impregnan el territorio creando un paisaje cultural característico cuyos valores han perdurado localmente hasta hoy día.

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En la imagen, fotograma de un vuelo de 1959 procedente de los fondos de la empresa CETFA y que hoy forma parte de la fototeca del IECA, se observa el cauce del rio Almanzora, los huertos próximos al río, las arboledas con olivos, almendros y un entorno árido que se aprovechaba por la ganadería y la recolección de esparto, entonces una fuente importante de ingresos en la provincia. En el centro la población de Los Orives, con una estructura muy sencilla: varias decenas de casas en torno al camino rural que comunicaba con la capital municipal, Huércal-Overa, situada a 5 kilómetros al norte. La antigüedad de este poblamiento queda de manifiesto por la presencia de un interesante yacimiento romano, con este nombre, fortificado del Bajo Imperio.

Estos pagos pertenecían a una comunidad de riegos, el Sindicato de Riegos de la Ciudad de Cuevas, que se nutría principalmente de la fuente de Overa, y que hacía posible los riegos gracias a la construcción de un complejo sistema de galerías o “cimbras”, regulado por unas ordenanzas para facilitar la gestión comunal ante la situación precaria tanto de los recursos hidráulicos disponibles, como por las consecuencias provocadas por la exposición de las zonas regadas a las avenidas del río.

Las consecuencias de la gran avenida de 1973

La siguiente imagen es una ortofotografía perteneciente al Vuelo Interministerial de 1977 que muestra las consecuencias de la terrible avenida de 1973. El 19 de octubre, como consecuencia del fenómeno meteorológico conocido por “gota fría”, se produjeron en unas pocas horas unas precipitaciones históricamente excepcionales en el Levante español, que provocaron la destrucción de carreteras y puentes, campos de cultivo e importantes daños en poblaciones. Fueron particularmente graves en Albuñol y La Rábita por la pérdida de más de medio centenar de vidas humanas.

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Estas precipitaciones fueron particularmente intensas en la comarca del Almanzora. En la localidad vecina de Zurgena en el plazo de tres horas cayeron 600 litros por metro cuadrado (aunque se desconoce la cantidad real pues el pluviómetro se vio desbordado), lo que supone el registro más alto de la historia de la meteorología española. Se estima que el caudal máximo de la avenida del río Almanzora fue de 5.600 m3/s, valorado como el aforo previsto para una recurrencia de 500 años, caudal similar al de las grandes avenidas de ríos con cuencas incomparablemente más extensas, como es el caso de la del río Guadalquivir.

En la imagen se observa que el cauce de avenidas es más ancho y ocupa parte de los terrenos cultivados con huertas, habiendo desaparecido éstas, quedando como huella los restos del parcelario en el fondo del saco del meandro. La población parece abandonada, destruida por la formidable energía de arrastre y transporte que también provocó 10 muertos en la comarca e importantes daños en Huércal-Overa, aunque todavía parte de las casas aparecen en pie, y parte de la arboleda próxima situada al oeste de la plantación parece que se mantenía cultivada. El vuelo debió hacerse en un año húmedo porque un antiguo meandro abandonado, situado al oeste, aparece inundado, y el río, normalmente seco, lleva una lámina de agua corriente considerable.

La construcción del pantano de Cuevas de Almanzora: el paisaje cambiante del antiguo solar de la aldea de Los Orives

Para paliar las terribles consecuencias de las avenidas del río Almanzora se construyó entre 1986 y 1989 un gran embalse con una capacidad de 168 Hm3, que aprovecha la cerrada de la Sierra de Almagro, cuya lámina de agua ocupa una superficie de 526 ha, y cuya presa se hizo con un núcleo de arcilla y materiales sueltos dada la alta sismicidad de la región. A su función de retener las avenidas se le unió la de servir de depósito de cola de los excedentes de la cuenca del Tajo, gracias a las aportaciones de 15 hm3 por el trasvase Tajo-Segura, y más recientemente de la cuenca del Guadiana Menor (Cuenca del Guadalquivir), por la transferencia de 50 hm3 del trasvase Negratín-Almanzora, dos de las más importantes y complejas obras hidráulicas presentes en las cuencas andaluzas. Para reforzar este papel de gran depósito, en el pie de la presa se construyó la estación potabilizadora y las conducciones para abastecer a 120.000 habitantes del Levante de Almería y regar 4.500 hectáreas.

El régimen irregular del río Almanzora ha provocado situaciones paradójicas para un embalse que habitualmente suele estar casi vacío: en octubre de 2014 almacena 22,69 hm3 que supone un 13,6% de su capacidad y es una cifra similar a su media de los diez últimos años. Durante la última gran sequía que sufrió Andalucía (1991-93) mientras que la mayoría de Andalucía sufría graves restricciones, la presa de Almanzora tras un periodo de lluvias otoñales intensas se llenó por primera y última vez y estuvo meses desaguando por sus aliviaderos. En septiembre del año 2012, en el que el Levante Almeriense sufrió importantes inundaciones tras un temporal, la presa recibió solo en unas horas 50 hm3, por lo que se evitaron daños mayores aguas abajo.

Estas fluctuaciones son visibles en las dos imágenes mostradas a continuación.

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La primera de ellas es la ortofotografía de 2008, realizada por el IECA en el marco del programa nacional PNOA, muestra el estado habitual de la zona. Se observa una progresiva naturalización del espacio antiguamente ocupado y aprovechado por el hombre, con una mayor cobertura vegetal de carácter arbustivo. De la antigua aldea solo es apreciable la huella de la calle central. Otro fenómeno interesante es el relleno por sedimentos del lecho de inundación y su ocupación por plantas adaptadas a la mayor humedad, consecuencia del proceso de sedimentación y aterramiento del embalse, y que puede provocar problemas por la eutrofización de las aguas cuando el nivel del embalse suba y sumerja a estas formaciones vegetales. Por otro lado en la cola del embalse donde la poca profundidad permite el crecimiento de una estrecha franja de vegetación palustre, durante la invernada se concentran contingentes importantes de cormoranes, así como de garzas reales y otras especies acuáticas, por lo que se ha convertido en un refugio de avifauna.

La segunda imagen es la última ortofotografía disponible del año 2013, también del Programa Nacional de Ortofotografía Aérea (IGN-FEGA), en el que el embalse todavía retenía una apreciable cantidad de agua tras los temporales del 2012. Desde el punto de vista paisajístico tiene un considerable valor estético el contraste del intenso color de sus aguas con un abanico de tonos ocres de su entorno árido. Es particularmente visible el antiguo meandro relicto, parcialmente inundado. La huella de la aldea ha desaparecido y hoy día solo perdura el topónimo que nombra al paraje donde se situó.

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Detalle de la zona, en la que se representa el lecho del embalse cuando éste se encuentra en su teórica máxima capacidad. Mapa del Levante Almeriense (2012). Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Serie Mapas de los ámbitos comarcales de Andalucía, escala 1:50.000.

Mapa disponible en:
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/lineav2/web/

2 Responses to “Poblaciones desaparecidas por catástrofes naturales: Los Orives (Huércal-Overa)”

  1. Alboránea dice:

    Interesantísimo artículo para quienes conocemos la zona. Lástima que toda esa información tan valiosa a veces no se tenga en cuenta en la planificación del territorio. Enhorabuena por el trabajo de documentación y divulgación.

    • IECA dice:

      Muchas gracias Alboránea! Trabajamos para acercar los conceptos y utilidades de la cartografía a nuestros usuarios y así, mejorar el uso y conocimiento de nuestras actividades y sus aplicaciones…Encantados de poder ayudaros! ;)