La transformación del delta del rio Guadalfeo y la consolidación del puerto de Motril
El delta del río Guadalfeo ha sufrido históricamente una notable transformación como consecuencia tanto de la importante dinámica natural sedimentaria y de la importante acción erosiva del mar, como por el proceso de aprovechamiento de las feraces vegas de la llanura aluvial de Motril y Salobreña. La existencia de un clima subtropical y de importantes recursos hídricos provenientes tanto del río, como del acuífero detrítico, facilitó que desde la Baja Edad Media el delta fuese un espacio irrigado, utilizado principalmente para el cultivo y transformación de la caña de azúcar, que adquiere carácter de monocultivo, y que obligó a luchar contra las avenidas del río, encauzar los numeroso canales por los que desaguaba, establecer azudes y acequias. La riqueza de las vegas motrileñas pronto consolida a esta población como centro administrativo y económico de la comarca, sin embargo este cultivo sufriría la competencia de la producción de azúcar colonial, y a principios del siglo XIX fue sustituido por el arroz y por el algodón.
En la segunda mitad del siglo XIX, una política arancelaria favorable a los intereses locales y la introducción de nuevas tecnologías gracias a la iniciativa de una burguesía emprendedora, cuyo hito es la construcción en 1845 de la primera fábrica moderna de azúcar de Europa, facilitó la reintroducción de la caña en la costa granadina, así como la aparición de numerosas instalaciones fabriles de extracción de azúcar y de otros productos derivados como el ron. A partir de este momento todo el antiguo delta es ocupado, incluso desecándose las zonas deprimidas inundadas resultado de la fuerte dinámica, donde finalmente ante el dominio de la sedimentación fluvial frente a la acción erosiva de las aguas litorales se creó un sistema fluvial de canales entrelazados en los que los frecuentes cambios de posición del cauce que habían dado lugar a la aparición de numerosos humedales.
La situación periférica de este litoral, mal comunicado tanto con Málaga y Almería, como con la capital provincial, obligaron a que los productores de azúcar, y de otros como hierro y sal, demandaran la construcción de un puerto en el varadero de Motril, varadero que conocía un importante movimiento de embarcaciones ya en la segunda mitad del siglo XIX, y que según qué circunstancias climatológicas tenían que buscar refugio aquí o en la cercana rada de Calahonda. El puerto se construye entre 1908 y 1929, y con pocos cambios llegará hasta casi cien años después, cuando las nuevas oportunidades logísticas provocadas por la situación estratégica del puerto provocaron su notable ampliación.
El monocultivo de la caña de azúcar, 1956
La imagen que se comenta pertenece a un fotograma del vuelo fotogramétrico en blanco y negro realizado en 1956-57 por la Fuerza Aérea de los Estado Unidos (USAF), conocido como el “Vuelo Americano”. En primer término el puerto, prácticamente con su misma configuración que cuando acabaron las obras de 1929, con una sola dársena donde confluyen usos comerciales de ámbito local y usos pesqueros. En torno a los muelles se dispone la barriada de Varadero, compuesta por unas muy reducidas instalaciones portuarias, el ingenio azucarero de San José -una de las diez fábricas existentes en Motril en ese momento- en las proximidades del Dique de Levante, y otras modestas construcciones pesqueras.
El terreno agrícola está ocupado por el monocultivo de la caña de azúcar, que se extiende por todo el territorio disponible, incluso los más deprimidos que luego serían los primeros en abandonarse. La fuerte demanda de agua de estos cultivos, que contaban con dotaciones superiores a los 10.000 m3/ha/año (solo las plantaciones de arroz demandan más agua) es generosamente surtida por los recursos del río Guadalfeo: se constata la existencia de numerosos desagües de excedentes al mar, como se evidencia tanto en la playa de Poniente (al oeste), como de las Azucenas (al este) con la presencia de vertidos de los sobrantes. La red de drenaje y la de riego apenas se aprecian en la imagen pues a la ocupación intensiva se une el propio desarrollo del cultivo antes de la zafra, a finales de primavera, con una plantación con un intenso desarrollo y porte.
Respecto a las infraestructuras, además del puerto, éste se relacionaba con Motril con una vía arbolada en sentido norte-sur sobre la que discurría de forma paralela un ferrocarril, que no se observa en la imagen porque quizás ya estaba desmantelado. En dirección hacia el oeste se aprecia la vía que conectaba con la carretera que se dirigía a Granada. La N-340 Cádiz-Barcelona entonces no tenía construida la variante y transcurría por la ciudad de Motril; se observa un tramo de esa carretera en la esquina superior derecha de la imagen.
La aparición de nuevos usos industriales y turísticos: 1977
Hasta los años 1977-78 nuestro país no tuvo otro referente similar al Vuelo Americano. El siguiente vuelo de ámbito nacional, de mucha mayor calidad, es el conocido como Vuelo Interministerial, que ha sido recuperado y convertido en orto por el Instituto Geográfico Nacional, y que ha sido cedido para su difusión a la Junta de Andalucía.
El puerto de Motril en este periodo ha sufrido pocas transformaciones, sigue siendo un puerto secundario con poco movimiento, en el que las únicas transformaciones que se observan son la construcción de un espigón más allá del muelle de Levante que posibilita la aparición de una dársena de uso pesquero, así como de unos pantalanes de uso náutico-deportivo. Sin embargo la existencia del puerto ha facilitado la aparición de dos grandes instalaciones industriales: al oeste una fábrica de celulosa, y más próximas al puerto las instalaciones de almacenamiento de combustible de CAMPSA, que marcarán la nueva vocación del puerto: carga/descarga de graneles, con unos tráficos estabilizados en esa década en 300-400.000 tm anuales.
Un nuevo uso aparece tímidamente: sobre la playa de Poniente se construye la urbanización UTECO y la barriada de Santa Adela, la primera con vocación claramente turística. En el espacio rural la caña de azúcar retrocede ya que la década de los setenta del pasado siglo marca el inicio de su declive, y aparecen otros cultivos. Todavía la vega es un espacio claramente agrícola donde no se observan grandes alteraciones salvo el encauzamiento de la Rambla de las Brujas, para salvar la nueva urbanización de la playa de Poniente, y el abandono de los terrenos más deprimidos al sur de la Celulosa, que aparecen ahora inundados, y configura lo que es conocido hoy como “La Charca de Suárez”, humedal con 14 ha y 4 lagunas que por sus valores ambientales como refugio de avifauna ha sido protegido como Reserva Natural Concertada en el 2009.
El puerto y el litoral de Motril en el 2010. Nuevas oportunidades ligadas al desarrollo de las actividades logísticas y del sector servicios.
El puerto de Motril ha conocido una notable ampliación en la última década, lo cual ha sido facilitado con la creación en el 2005 de la Autoridad Portuaria propia, segregada del puerto de Almería, pero sobre todo por la mejora de las instalaciones portuarias y de sus condiciones de accesibilidad. La prolongación del Dique ha facilitado la construcción de un nuevo muelle sobre la playa de las Azucenas, duplicándose su capacidad, y se le ha dotado de nuevas instalaciones, como el muelle de Graneles, el muelle Contradique, una rampa que permite el tráfico ro-ro, e instalaciones para la carga y descarga de contenedores, lo que ha multiplicado el tráfico de mercancías hasta los 2 millones de tm (2012).
La mejora de la conectividad al puerto con el desdoblamiento de la Bailen-Motril (A-44), ha permitido que sea atractivo el desarrollo de líneas de pasajeros con el norte de África, que descongestionen los saturados puertos de Almería y Algeciras, estableciéndose en el 2011 una línea regular con Melilla y el 2012 con la ciudad marroquí de Alhucemas, que en poco tiempo transporta anualmente 278.000 pasajeros y 81.000 vehículos (2012) y cuyo tráfico va claramente en aumento.
Para reforzar las capacidades de este puerto en las proximidades al nuevo muelle de las Azucenas, la Autoridad Portuaria ha desarrollado una Zona de Actividades Logísticas (ZAL) que ha obligado a realizar nuevos accesos y a encauzar y desviar la rambla de los Álamos, donde de momento se han instalado nuevos depósitos de combustibles, que refuerzan el tráfico de graneles del puerto. En las proximidades de la fábrica de pasta de papel, se han implantado dos nuevos polígonos industriales: Alborán y la Celulosa, y al norte, en torno a la nueva EDAR de Motril, un espacio urbanizado mixto que se aprovecha de las ventajas de accesibilidad a la variante de Motril, la N-340, ahora desplazada hacia el sur, alejada de la ciudad, entre ésta y su puerto.
La población de Varadero crece considerablemente (3.337 habitantes en el 2013), perdiendo definitivamente su carácter de pequeño asentamiento pesquero-portuario. Se construyen nuevas barriadas como la urbanización Pueblo Mediterráneo. Hay además un proceso de cualificación del espacio turístico con la ordenación de la playa de Levante, y la construcción del paseo marítimo Rey Balduino, que conecta con los nuevos desarrollos turísticos implantados hacia el oeste: el campo de golf y Playa Granada.
En espacio rural la caña de azúcar desaparece definitivamente: en el 2006 se realizó la última zafra en la costa granadina, tras la cual cerró la última fábrica azucarera. La caña se sustituyó por nuevos usos hortícolas y por los invernaderos. En general hay un retroceso generalizado de los usos agrícolas y una notable pérdida de los valores paisajísticos de estas antiguas vegas: muchos de los caminos son asfaltados y la red de riego tradicional es abandonada.
Además, parte de estos usos agrícolas están en expectativa de cambio de uso. Justo al norte de la ZAL está prevista la localización de un Centro de Transportes de Mercancías de carácter regional, que aprovechará las ventajosas condiciones de localización de la que disfrutará este territorio una vez que se culminen las obras de desdoblamiento de la A-7 y se complete el corredor del Mediterráneo al mejorarse su conectividad con la red de alta capacidad, lo que sin duda reforzará el hinterland y el carácter intermodal del puerto de Motril.