El tiempo vuela… Lantejuela: ocaso y resurrección de unos humedales de gran interés ambiental

Publicado el 30.enero.2014 por IECA y archivado en Cartografía, Estadística
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El complejo endorreico (territorio sin desagüe al mar) de Lantejuela se extendía por cerca de 300 kilómetros cuadrados de la campiña sevillana, entre las localidades de Osuna, Écija, Marchena y Lantejuela. Tiene su origen en las características de su relieve y suelo, que dificultaban el drenaje natural de esta extensa llanura, provocando la existencia de numerosas lagunas y el encharcamiento de los terrenos tras lo periodos de lluvias.

La singularidad geomorfológica y el valor ecológico de este espacio, compuesto por 13 lagunas semipermanentes que ocupaban una lámina de agua de más de 800 hectáreas frecuentada en invierno por miles de aves acuáticas, no le libró de distintos intentos de desecación, que se concretaron en 1966 con un proyecto de gran envergadura, que lo transformó gravemente y provocó que su interés ambiental pasara prácticamente desapercibido para una sociedad poco sensibilizada y con una mentalidad productivista.  

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1956: el inicio de la transformación de la llanura esteparia

La imagen anterior pertenece a un fotograma del vuelo fotogramétrico en blanco y negro realizado en 1956-57 por la Fuerza Aérea de los Estado Unidos (USAF), conocido como el “Vuelo Americano”, que supuso un hito fundamental en la modernización de la cartografía de España ya que permitió obtener una primera imagen fija de calidad de nuestro país.

En la imagen aparece quizás la parte más representativa del complejo endorreico: seis de las lagunas, entre las que destacan al noroeste la mayor de todas, la de Ruiz Sánchez (350 ha), y al suroeste la laguna de Calderón (250 ha), una de las de mayor interés al permanecer con agua gran parte del año por desaguar en ella el arroyo del Salado. La imagen muestra, sin embargo, al complejo lagunar seco, probablemente por ser tomada en verano y porque ya se había realizado una pequeña obra de derivación de las aguas del Salado para desviarlas de la laguna de Calderón y evitar los problemas que provocaba la frecuente inundación de esta llanura.

La ortofoto también muestra el predominio de los usos agrícolas sobre las dehesas y pastizales que en antaño predominaban en estas zonas encharcadizas. Sólo en el entorno de la laguna de Calderón, y concretamente en la finca militar de Las Turquillas, se observa la presencia de un extenso encinar.

1977: las obras de saneamiento y desecación y el olvido del interés ambiental de estos humedales

A principio de la década de los sesenta del pasado siglo se empiezan a realizar en nuestro país los primeros censos de anátidas invernantes, que confirman el interés ecológico de este espacio. Sin embargo, antes de que el movimiento conservacionista se fijase en su valor, entre 1966 y 1967 el Instituto Nacional de Colonización inició las obras del “Proyecto de saneamiento de la campiña de Osuna”, que afectó a más de 40.000 hectáreas con problemas de encharcamiento y cuyas obras principales fueron la canalización de decenas de kilómetros de los arroyos Salado y Peinado, así como ladesecación de todas las lagunas, con la excepción de dos pequeñas: la Ballestera y la de Calderón Chica.

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La imagen que se comenta es del año 1977, fecha hasta la que nuestro país no tuvo otro referente similar al Vuelo Americano, que fue realizado por el Instituto para la Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA), que ha sido recuperado y convertido en orto por el Instituto Geográfico Nacional y cedido para su difusión a la Junta de Andalucía.

La imagen se centra en la laguna de Calderón y su entorno, que aparece muy transformada: el arroyo Salado se ha convertido convertido en un gran canal de desagüe en el que vierten un conjunto de canales secundarios. El vaso lagunar se alteró para eliminar la costra salina, implantándose una densa red de canalizaciones internas que favorecían el lixiviado de los suelos para facilitar su uso agrícola.

El entorno de la antigua laguna aparece totalmente roturado, con un criterio productivista, y ocupado por los cereales de invierno y el barbecho semillado con cultivos industriales (girasol), como alternativa de verano. En aquellos años, el valor ambiental de estos antiguos humedales era desconocido y las lagunas que sobrevivían eran espacios residuales rodeados y amenazados permanentemente por los usos agrícolas.

El reconocimiento del interés ambiental de los antiguos humedales y su paulatina recuperación

La nueva mentalidad conservacionista se ha ido imponiendo en las últimas décadas al productivismo agrario y ello ha tenido reflejo en la ordenación de los recursos naturales. El primer paso fue la protección como Reserva Natural en 1989 de las dos lagunas que sobrevivieron al proyecto de saneamiento y desecación. En el año 2002, el complejo endorreico de Lantejuela es considerado Lugar de Interés Comunitario de la Red Natura 2000, protegiéndose 896 hectáreas.

En la última década se ha dado un paso más, avanzando hacia la restauración de algunos de los humedales desaparecidos. Esto ha sido posible gracias a que, pese a los sofisticados sistemas de desagüe instalados sobre los lechos palustres, en los años lluviosos muchas de estas lagunas volvían a inundarse, unido al importante uso que siguen haciendo las aves acuáticas invernantes de estos hábitats.

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Una prueba de ello es observable en la ortofotografía de 2010, realizada durante la primavera, en la que se muestran inundadas algunas de las lagunas desecadas, como Consuegra y Pedro López, y parcialmente la de Calderón y la de Ruiz Sánchez. Al ser un año de excepcional pluviometría, con una media para la cuenca del río Corbones (en la que se inscribe la zona endorreica) de 881 mm, un 175% de la media histórica (504 mm, datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir), aparecen inundadas la Hoya de la Turquilla y otros espacios como la Hoya de la Huerta (partida en dos por el camino de acceso a la finca de Las Turquillas) y laguna de la Cruz (la más pequeña, en el lado  izquierdo de la imagen), antiguos lechos lagunares que los que no había constancia en la cartografía y difícilmente apreciables en los vuelos antiguos.

Ello da una idea de la potencialidad que tienen estos humedales alterados para que dejen de ser un espacio natural residual y para recobrar su significación paisajística y su función de hábitat de primer orden para la avifauna en el sistema de humedales andaluces, el más importante del sur de Europa.

En este proceso de restauración están confluyendo distintas iniciativas: el Ayuntamiento de Osuna ha liderado la recuperación de la laguna de la Turquilla, justo en el centro de la fotografía. Pero el caso más significativo es el de la laguna de Ruiz Sánchez, situada al noroeste de la imagen y la más grande. Sobre ella se construyó en 1966 un gran canal de desagüe central sobre el que vertía una red secundaria con forma de espina de pescado. Con una sencilla obra de cerramiento del canal central realizada en el 2010, la laguna se ha vuelto a inundar y miles de aves vuelven a usarla en invierno. Previamente la laguna había pasado a propiedad pública.

**Las imágenes de este artículo pertenecen a los fondos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Buena parte de este material documental más reciente está disponible en la Fototeca Aérea  Digital de Andalucía, servicio puesto en marcha por el IECA para la consulta y descarga de fotografías aéreas del territorio andaluz, y que cuenta  con más de 120.000 imágenes tomadas desde los años 80 hasta la actualidad. El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía también cuenta con un importante fondo documental con negativos de vuelos del periodo comprendido entre la década de los cuarenta del pasado siglo hasta la actualidad, que poco a poco se irán integrando en la Fototeca.

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