Crisis económicas durante los siglos XIX y XX en Andalucía
Las dos grandes crisis económicas recientes: la crisis financiera de 2007 y la sanitaria del COVID19 en este 2020, forman parte de las fases de los ciclos económicos que se han venido sucediendo a lo largo de la historia de forma recurrente por una amplia variedad de causas.
En los últimos 200 años, la economía de la región se ha visto sacudida por guerras, epidemias, desastres naturales, agotamientos de recursos, colapsos financieros,…
Ejemplos de crisis sanitarias son las provocadas por la fiebre amarilla de 1800, la de cólera de 1885 o la gripe de 1918. La epidemia de fiebre amarilla entró en 1800 en Andalucía por el puerto de Cádiz y más tarde por el de la ciudad de Málaga, que soportaba un fuerte tráfico mercantil. Los intereses comerciales hicieron que no se cumpliese la normativa sanitaria y, al fin, el cierre del puerto tuvo una repercusión no sólo local, sino también en el resto de la Península Ibérica, amenazada por el hambre.
Plano de la Ciudad y Puerto de Málaga 1791
La llamada crisis finisecular, comprendida entre los siglos XIX y XX, afectó particularmente a la región andaluza. Se debilitaron los focos de industrialización, principalmente Málaga y Sevilla, y se agotaron las economías y los recursos mineros que sustentaban gran parte del desarrollo de algunas comarcas.
El liderazgo del plomo almeriense fue claro hasta mitad del siglo XIX, a partir de entonces se hizo notar el progresivo agotamiento de recursos y las crecientes dificultades técnicas de extracción. Sierra Morena y el distrito minero de Linares y La Carolina tomaron el relevo de la extracción de plomo de las agotadas minas almerienses, aunque la crisis del mercado mundial del plomo a mitad de los setenta ralentizó la progresión de las minas y el volumen de las fundiciones.
Producción de plomo en la provincia de Almería 1844-1924
Miles de Tm (media anual de cada periodo)
La capital malagueña figuraba en 1850 como la segunda ciudad industrial española, tras Barcelona, sin embargo, la siderurgia de Málaga decayó con rapidez desde 1860, lastrada por el coste del combustible y la competencia nacional y extranjera, entre otros factores, cerrándose las grandes ferrerías para el cambio de siglo. Proliferaron, a cambio, los talleres de transformados metálicos en instalaciones a menor escala. No obstante, el subsector siderometalúrgico malagueño contrajo su aportación casi a la mitad entre mediados del XIX y comienzos del XX. Similar tendencia aquejó a la química, con una disminución de productos químicos básicos y de la importante producción de jabón, pese a la recuperación que tuvo lugar a lo largo del primer tercio del XX con el desarrollo, por ejemplo, de los fertilizantes agrícolas. Más paulatino fue el declive, desde 1880, de las grandes fábricas textiles.
Principales establecimientos industriales en Málaga a principios del siglo XX
Por su parte, el sector agrario del cambio de siglo se encontraba atrasado y se alejó de la medias de productividad de las regiones del norte peninsular.
La fuerte crisis del olivar en las últimas décadas del siglo XIX por las exigencias de calidad del mercado y la competencia exterior, entre otros motivos, obligó a una intensiva renovación de las instalaciones de elaboración de aceite de oliva.
Tarjeta postal con una imagen de la recolección de la aceituna en un olivar sevillano en las primeras décadas del siglo XX
El viñedo sufrió la plaga de la filoxera, que comenzó en Málaga en 1878 y progresó por toda Andalucía hasta la primera década del siglo XX. El virulento ataque a las plantaciones provocó una importante crisis social y económica en muchas comarcas y municipios de la región. La plaga devastó los campos andaluces durante más de treinta años. Se calcula que la superficie vitícola quedó reducida a menos de la mitad, provocando una concentración del cultivo en determinados enclaves cuyos suelos se adaptaban bien a las nuevas variedades introducidas y en los que las oportunidades comerciales de la producción vitivinícola hacían rentables las inversiones para reconstruir las superficies de viñas.
Difusión espacial de la filoxera 1878-1912
Evolución de la superficie vitícola en Andalucía 1877-1926. Hectáreas
En el ámbito del sector pesquero, su ciclo expansivo terminó a finales de los años setenta del pasado siglo en toda España, y especialmente en Andalucía. La ampliación de las zonas exclusivas de pesca nacionales, cuando ya tres cuartas partes de las capturas de la flota andaluza se efectuaban en caladeros exteriores, la fuerte subida de los precios de los combustibles (con las crisis del petróleo de 1973 y 1979) y el agotamiento de los recursos, obligaron a una traumática reconversión del sector. La flota pesquera se fue reduciendo a distintos ritmos, perdiendo la capacidad de abastecer al mercado regional: a finales de siglo sólo cubría la mitad de la demanda interior. El empleo directo generado se redujo casi a la mitad entre 1985 y 1999.
Evolución de la pesca desembarcada en los puertos andaluces 1940-2000. Toneladas
El sector de la construcción tiene la particularidad de mostrar unos comportamientos menos estables que los demás, con acusadas oscilaciones ligadas a los ciclos económicos de apogeos y crisis. Así, entre 1961 y 1967 crece casi un 20% anual, y entre 1993 y 1996 decrece con similar intensidad. Reciente muestra de estos comportamientos es la crisis económica iniciada en 2007, precedida de una fuerte expansión de la construcción y de la industria vinculada a la misma.
Evolución del Valor Añadido Bruto del sector de la construcción en Andalucía. 1950-1999
(Millones de pesetas constantes de 1995)
Todos estos acontecimientos, y otros, han ido transformando la estructura de la economía andaluza hacia nuevas formas de desarrollo y de ocupación de la población andaluza. Una buena muestra de la influencia de estos ciclos es la fotografía de la población activa por sectores de actividad en los censos de 1900 y 2001. En el primero predominan los activos en el sector primario y puede observarse la presencia de las industrias extractivas, que incluso ganaran representación en las dos décadas siguientes. En 2001 los activos pertenecen mayoritariamente al sector servicios, gana peso transportes y comunicaciones, aparece el sector asociado a la energía y con fuerza el de la construcción, mientras que los activos de industrias extractivas apenas representan el 0,1% del total de activos.
Distribución de la población activa por sectores
Fuente: Atlas de Historia Económica de Andalucía siglos XIX-XX