San Luis de Sabinillas (Manilva): de colonia agrícola azucarera y asentamiento pesquero a población turística de la Costa del Sol Occidental

La costa comprendida entre Estepona y Algeciras ha sido históricamente un territorio relativamente despoblado. La desembocadura del rio Guadiaro en la frontera entre los reinos nazarí y castellano condicionó que fuese un espacio en disputa deshabitado. A partir del siglo XVI, la amenaza turca y de los piratas berberiscos obligó a establecer un sistema defensivo de torres-atalayas conectadas con las principales poblaciones próximas: Casares, Estepona y Gibraltar, sedes de las guarniciones y refugio de los habitantes que explotaban los recursos primarios existentes.

La colonización económica de este territorio no se culmina hasta finales del siglo XIX, cuando la familia Larios, una de las dinastías que mayor impronta ha dejado en el territorio y que modernizó el tejido económico andaluz, compra tierras en la costa de Manilva. Aprovecha la preexistencia de trapiches e ingenios azucareros y de cultivos de caña de azúcar pertenecientes al Duque de Arcos, e implanta una moderna industria: el Ingenio de San Luis de Sabinillas, la colonia-factoría azucarera más occidental de cuantas existieron en el litoral mediterráneo. La crisis del cultivo en el primer tercio del siglo XX por la desigual competencia con el azúcar de remolacha, obligó al cierre del complejo industrial. La actividad pesquera se convirtió entonces en el principal medio de vida, visible con la consolidación de dos pequeños núcleos muy próximos, San Luis de Sabinillas y El Castillo, situados sobre la playa y poblados por pescadores artesanales.

La posición de este tramo litoral, en el extremo occidental de la Costa del Sol, condicionó que su desarrollo turístico llegase con retraso respecto a otras poblaciones del litoral malagueño. La construcción del puerto deportivo y el campo de golf de la Duquesa a partir de 1977 fueron los hitos que facilitaron el despegue de la nueva vocación turística. Curiosamente el mayor crecimiento demográfico de este núcleo no ocurrirá hasta inicios del nuevo milenio, cuando Manilva fue uno de los municipios de mayor crecimiento demográfico interanuales de Andalucía, gracias al desarrollo de importantes proyectos inmobiliarios que consolidaron un importante sector de la construcción. La crisis económica y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha tenido una importante trascendencia local.

Ingenios y caña de azúcar en la costa de Málaga y establecimiento de la colonia en San Luis de Sabinillas

Los primeros asentamientos en la zona tienen que ver con la necesidad de defender este tramo de costa, especialmente del fondeadero de Sabinillas, de interés por su proximidad con Gibraltar. Para ello se construyeron las torres de la Duquesa y de la Chullera en el siglo XVI y el castillo de la Duquesa en 1767, fortificación de mayor entidad, edificada con motivo de los intentos españoles de recuperar la plaza de Gibraltar, y destinada a alojar una compañía de caballería y varias piezas de artillería que defendían el fondeadero.

Plano y perfil del Castillo de Manilva, conocido como el Castillo de la Duquesa. 1780

Plano y perfil del Castillo de Manilva, conocido como el Castillo de la Duquesa. 1780. Instituto de Historia y Cultura Militar (Madrid) IECA1989001843
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getisbn/id/1782

La puesta en valor económico de este territorio está ligado al denominado “oro blanco”, explotación y transformación de la caña de azúcar, que se extendió por la costa malagueña desde el siglo XVI y llegó a contar con 37 ingenios, trapiches, maquinillas y fábricas de azúcar, instalaciones preindustriales movidas a sangre o por la fuerza hidráulica que facilitaron la consolidación del cultivo y facilitaron el desarrollo del sector tras la revolución industrial. La instalación de ingenios en la costa de Manilva para transformar la caña de azúcar es muy antigua: en 1545 el Duque de Arcos, señor de Casares, construye un ingenio, al que siguió en el siglo XVII el ingenio de San Luis, o Ingenio Chico, en las proximidades del río Manilva, cuyos restos aun son visibles.

La industria del azúcar y del alcohol que molturaba caña o remolacha en Andalucía Oriental tuvo un desarrollo importante desde mediados del siglo XIX hasta finales del siglo XX. El número de fábricas en la provincia de Málaga fue de 31, en Granada hubo 39 y 7 en Almería, localizadas en el espacio geográfico comprendido por la costa mediterránea, la Vega de Granada, las Vegas de Guadix-Baza y la Vega de Antequera. El desarrollo de esta potente industria se debió a la iniciativa de un grupo de empresarios y comerciantes bien relacionados políticamente. La arquitectura relacionada con este sector, hoy prácticamente sin uso y abandonada, es uno de los recursos de mayor interés del patrimonio cultural industrial andaluz y es merecedora de atención para su protección y puesta en valor.

En el caso concreto del azúcar de caña, su periodo más pujante fue muy breve, se corresponde con el último tercio del siglo XIX cuando se introduce la máquina de vapor en los procesos de producción. Llegó entonces a ocupar a miles de personas en la zafra o en las fábricas, y a abarcar 5.000 hectáreas de suelo cultivado que proporcionaba anualmente más de 100.000 toneladas de caña, molturadas y convertidas en azúcar y otros productos de la destilación en fábricas de grandes dimensiones. La causa de la prematura decadencia de la producción fabril de azúcar de caña fue la introducción a partir de 1882 del azúcar de remolacha, aunque la difícil convivencia entre el azúcar de caña y el de remolacha se hizo posible transitoriamente gracias a los elevados precios que alcanzó el azúcar tras la pérdida de las últimas colonias. El cultivo de la caña sobrevivió hasta nuestros días, de manera testimonial, gracias al aumento de los rendimientos por la introdución en 1925 de las variedades de caña de Java, desapareciendo de sus últimos reductos de las vegas de Motril y Almuñecar en el 2006 cuando tras la última zafra cerró el ingenio que permanecía en activo.

El impulso de la industria azucarera en la provincia de Málaga es facilitado por la élite burguesa del XIX, liderado por las familias Heredia, Loring, Huelin y Larios, que convirtieron a Málaga en una potencia industrial y metalúrgica. Las grandes familias se encargaron de captar a los mejores ingenieros de la siderurgia inglesa para que montaran las fábricas más modernas de la época, y así fue como aquella economía, asentada sobre la metalurgia, el textil, el azúcar y los vinos, vivió una gran expansión internacional, apoyada en otra gran baza, el puerto. Ello hizo posible que Marbella tuviera los primeros altos hornos de España, mucho antes que el País Vasco.

Respecto al litoral de Manilva, los artífices de la ubicación de una moderna fábrica fueron la familia Larios y la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro. A partir de 1869, las dos ramas de la familia Larios comenzaron una compra masiva de tierras en el Campo de Gibraltar, sobre todo en los municipios de Jimena de la Frontera, Los Barrios, Algeciras, La Línea de la Concepción y San Roque, así como en Manilva, Gaucín y Casares. De éstas, el grueso de las tierras situadas en las inmediaciones del valle del Guadiaro fueron adquiridas por la familia a la Casa de Medina-Sidonia, y se dedicaron al cultivo de la caña de azúcar, cereales y olivar. Se iniciaron una serie de obras hidráulicas para aprovechar el agua de los ríos Guadiaro y Genal y se fundaron las colonias agrícolas de San Pablo de Buceite y San Martín del Tesorillo (Jimena de la Frontera), a las que se sumó la colonia de San Luis de Sabinillas, adquirida por los Larios poco después. En el año 1879 la totalidad de las fincas rústicas propiedad de los Larios suponían 12.846 hectáreas, de las cuales, a la zona gaditana le correspondían 11.530 hectáreas. El resto, 1.316 hectáreas, pertenecían al espacio geográfico que iba desde San Luís de Sabinillas hasta la localidad granadina de Motril.

Finalmente, en 1887 se fundó la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro, con un capital repartido entre las dos ramas de la familia. Las explotaciones se especializaron construyéndose numerosas factorías industriales: en San Luis de Sabinillas se concentró el cultivo de la caña de azúcar, que era transformada en el ingenio allí situado; la producción de trigo se trataba en el molino de San Martín del Tesorillo; las almazaras se concentraron en San Pablo de Buceite; se instaló una fábrica de corcho en La Línea de la Concepción, surtida de la abundante materia prima procedente de los alcornocales del Campo de Gibraltar. En 1930 la sociedad fue vendida a Juan March, empresario y financiero mallorquín y una de las mayores fortunas del país cuya contribución al golpe de Estado de 1936 fue clave para el éxito de los sublevados. Entre 1944 y 1950 liquidó la empresa tras parcelar las propiedades y venderlas por separado.

Carta naútica: Mar Mediterráneo: Costa Sur de España
Carta naútica. Detalle: Mar Mediterráneo: Costa Sur de España

Carta naútica y detalle: Mar Mediterráneo: Costa Sur de España. Plano del Fondeadero de la Sabinilla. Levantado en 1888 por la Comisión Hidrográfica al mando del capitán de fragata D. José Gómez Imaz; Centro Geográfico del Ejército IECA1988000497
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getisbn/startid/10/id/5514

Merece la pena detenerse en el análisis detallado de la carta náutica dedicada al “Fondeadero de La Sabinilla”, elaborada en 1888, cuando el ingenio ya estaba operativo. La creación en 1860 de la Comisión Hidrográfica de la Península por la Marina para llevar a cabo el levantamiento de sus costas con métodos geodésicos precisos, permitió que se elaborasen las cartas del litoral andaluz con una gran exactitud y además con una estampación de gran belleza gráfica, que incluía una expresiva representación de las vistas del litoral desde el mar. La cartografía incluye además numerosa información del espacio terrestre a una escala 1:11.000, con la representación del relieve, de los usos del suelo y de la toponimia, por lo que constituye una cartografía que aúna un diseño gráfico atractivo, información y precisión geográfica, difícilmente superada desde entonces.

La carta del fondeadero de la Sabinilla muestra la envergadura de las instalaciones fabriles de la Colonia de San Luis, la extensión de las plantaciones de caña de azúcar por las vegas, y los poblados situados en las inmediaciones de El Castillo y de la carretera a Manilva, con un tamaño muy similar al reflejado en los primeros vuelos aéreos de 1946, aunque aparecen sin denominar. Los topónimos de estos dos núcleos irán conociendo diversas variantes, lo que da idea del carácter precario de estos asentamientos. El Nomenclátor de 1860 precisa que el tipo de viviendas existentes era “casas y chozas de pescadores”, definidas como “albergues” por su carácter precario. Así, El Castillo de la Duquesa aparece como La Duquesita (1860), Sabinilla (1910), Castillo de la Duquesa o Sabinilla (1930), Castillo de Sabinillas (1940 y 1950); mientras que el segundo núcleo aparece denominado como Los Sabinillos (1860) y desde 1910 como San Luis de Sabinilla. Los distintos nomenclátores consultados muestran un aumento sostenido en la primera mitad del siglo XX de la población de los dos núcleos (223 y 453 habitantes respectivamente en 1910), con un dinamismo mayor de San Luis y la reducción progresiva de los albergues o viviendas precarias.

En la primera edición del Mapa Topográfico Nacional de 1917 se observa perfectamente la extensión de las plantaciones de caña azúcar, sobre todo en la vega del rio Manilva desde el conocido como Molino del Duque, donde se inicia la captación de aguas y la conducción del canal de riego, que continua paralelo al litoral hasta el Castillo de la Duquesa, así como la envergadura de la fábrica de azúcar.

La instalación de estos complejos fabriles se realizaba necesariamente en las proximidades de las zonas productoras debido al volumen de materia prima que se movilizaba en la zafra, y llevaba aparejada una compleja sucesión de actividades: la compra de tierras, o el arrendamiento y acuerdo con los productores locales para garantizar el suministro de la caña; la búsqueda de agua para facilitar el riego de las plantaciones y el proceso de fabricación del azúcar y del alcohol, ya que sin el abastecimiento garantizado era imposible la erección de la fábrica, debido a la ingente cantidad del líquido elemento en el proceso productivo; también era necesaria la existencia de infraestructuras viarias para la provisión de la materia prima o la salida de los productos elaborados, que en este caso era facilitada por la existencia de la carretera Málaga-San Roque, futura Barcelona-Cádiz (N-340). También era utilizado el transporte marítimo para esos menesteres, y de hecho este ingenio llegó a tener un embarcadero.

Mapa Topográfico Nacional, primera edición. Jimena de la Frontera

Mapa Topográfico Nacional, primera edición. Jimena de la Frontera. 1071. Formado y publicado por la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico. Año de 1917.
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getisbn/id/1077

Enciclopedia Universal Espasa Calpe, 1925, tomo 22, pag. 804.

Enciclopedia Universal Espasa Calpe, 1925, tomo 22, pag. 804.

Los poblados pesqueros

Una vez cerrada y desmantelada la fábrica de azúcar, los asentamientos de San Luis de Sabinillas y El Castillo de la Duquesa tuvieron en la pesca la principal fuente de riqueza. Un importante número de vecinos se dedicó a esta actividad faenando en los caladeros locales de Punta Chullera y de la Torre de la Sal. Obtenían numerosos productos del mar, fundamentalmente sardinas y boquerones, capturados con métodos muy artesanales, pues los medios disponibles eran muy limitados: pequeñas embarcaciones varadas en la playa, chozos que se usaban para guardar las redes y los modestos enseres de pesca y que muchas veces servían también como refugio ocasional o permanente de personas. De la precariedad existente por la falta de viviendas y servicios es muestra que en El Castillo residieron 70 personas y 15 familias hasta muy avanzado el siglo (1975) en la abandonada fortaleza de La Duquesa.

Pese al cierre de la factoría, el impacto sobre los efectivos demográficos no es perceptible: entre los nomenclátores de 1940 y 1950 la población crece tanto en El Castillo como en San Luis, y el número de viviendas prácticamente se duplica. Así, en este periodo intercensal en El Castillo la población pasa de 268 a 282 habitantes y las viviendas de 38 a 74; y en San Luis de Sabinillas la población aumenta de 507 a 712 habitantes, y las viviendas de 70 a 138, de lo que se deduce que la factoría ya empleaba a muy pocos trabajadores, o que este era un empleo muy estacional.

La cartografía elaborada por el Instituto Nacional de Colonización en 1944 sobre la población y las masas de cultivos muestra la distribución del parcelario agrícola de este entorno litoral, organizado a partir del canal de riego alimentado por las aguas del río Manilva, así como la estructura de los poblados, muy simples, organizada por manzanas regulares en el caso de San Luis, lo que sugiere una intervención pública, o de la propia empresa propietaria del ingenio, la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro.

Poblado de Sabinilla. Instituto Nacional de Colonización

Poblado de Sabinilla. Instituto Nacional de Colonización. Escala 1:1000. 1944. IECA1988018537
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getisbn/startid/20/id/23282

Sabinilla: masas de cultivos. Instituto Nacional de Colonización. 1944

Sabinilla: masas de cultivos. Instituto Nacional de Colonización. 1944. Escala 1:5000. IECA1988018467
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getisbn/startid/20/id/23212

El fotograma del vuelo americano de 1945-46 (serie B) es la primera fotografía aérea disponible, y en ella no se puede interpretar si el ingenio permanecía activo, teniendo en cuenta que estas fábricas solo funcionaban en temporada, unos cien días al año. Sí se aprecian con claridad los usos agrícolas más intensivos de las parcelas próximas al litoral y el canal de riego que corría de forma paralela a la carretera, acomodándose a la topografía de los valles fluviales de los arroyos de la Peñuela y del Estanquillo. Al norte de la imagen se aprecian las manzanas rectangulares de las viviendas de San Luis y la pequeña iglesia. Una ladrillera se sitúa en el lado sur de las inmediaciones del ingenio. Al sur de la imagen, en el entorno del Castillo de la Duquesa, el cuartel de la Guardia Civil y las viviendas del poblado pesquero.

Si hacemos una pasada por la historia reciente de Manilva, es necesario resaltar la importancia del viñedo, cultivo que le ha dado carácter y ha sido motor de la economía de este pueblo desde el siglo XVI, cuando el duque de Arcos, señor del Condado de Casares, concedió las primeras tierras para viñas, que se extendieron por muchas de sus lomas ocupando la mayor parte de las tierras aptas para este cultivo, por lo que no competía con los cultivos del litoral. En el siglo XIX sufrió una grave crisis por la filoxera, quedando como un cultivo residual. La introducción en la década de 1920 de la cepa de moscatel supuso una nueva expansión de la vid por el ruedo agrario próximo a Manilva, que ha llegado hasta el día de hoy con una fuerte impronta en el paisaje y en la personalidad de esta población, que ha pervivido hasta el día de hoy en una creciente competencia con los usos urbanos y edificaciones que han proliferado en el medio rural. Con la implantación de la variedad de moscatel la orientación del cultivo cambia radicalmente hacia la uva de mesa, y la producción de vinos queda en un segundo plano.

Vuelo Americano, Serie A. 1945-46 CECAF. Ministerio de Defensa

Vuelo Americano, Serie A. 1945-46 CECAF. Ministerio de Defensa

Constitución, desarrollo e impulso exponencial del núcleo turístico de San Luis de Sabinillas

Durante las décadas comprendidas entre 1950 y 1980, este tramo del litoral malagueño sufrió muy escasas transformaciones, comparativamente con los convulsos cambios que se sucedieron en la Costa del Sol. Ello fue debido a su situación periférica, alejada del núcleo comprendido entre Torremolinos y Marbella, donde se produce el desarrollo de una potente industria turística, y del aeropuerto de Málaga. En el muy interesante vuelo del litoral malagueño a escala 1:12.000 de julio de 1963, procedente de los fondos de CETFA y adquiridos para la fototeca del IECA, se observan muy pocos cambios en los dos núcleos de población, solo en San Luis se levanta un edificio de varias plantas localizado en el cruce de la carretera Nacional 340 y la carretera local que une a esta población con Manilva, que se corresponde con la primera construcción en este tramo del litoral de carácter plurifamiliar destinado al turismo residencial. Llama la atención el gran número de construcciones existentes sobre la playa, probablemente vinculadas tanto a la actividad de la pesca, como al uso recreativo de la playa en verano, ya que entonces se permitían instalaciones efímeras sobre la playa, utilizadas por veraneantes locales como alojamiento, albergue o vestuario.

En la imagen tiene gran protagonismo el recinto de nueve hectáreas donde se localizaba la fábrica de azúcar. Había sido adquirido por la Caja de Ahorros de Ronda, que construye las instalaciones deportivas y residenciales de una colonia escolar destinada a residencia estival de los hijos del personal de la Caja, respetando la planta de la cerca exterior. Este uso se ha mantenido hasta el día de hoy, ahora gestionado por Unicaja y abierto a todos los ciudadanos. Por su envergadura, estas instalaciones son de las mayores de este tipo existentes en Andalucía, con una capacidad para más de 600 menores, y por ellas han pasado miles de niños y niñas.

Vuelo CETFA del litoral malagueño 1:12.000, julio 1963

Vuelo CETFA del litoral malagueño 1:12.000, julio 1963

El conocido como Vuelo Interministerial ofrece una imagen de este tramo litoral en julio de 1977, y en él ya se observan importantes transformaciones, especialmente visibles en San Luis. A ambos lados de la Colonia se construyen bloques de viviendas plurifamiliares, la mayoría de carácter social, lo que indica que el desarrollo del turismo residencial era aún muy incipiente. Al norte de la Colonia sobre la playa, ocupando la zona marítima terrestre, se construyen unos nuevos colegios. Es importante destacar que aparece la primera urbanización con vocación turística, el denominado Pueblo Mejicano, situado más allá de la carretera N-340 y sobre el antiguo camino del Peñoncillo, iniciándose el proceso por el cual poco a poco este tramo de carretera se convertirá en una travesía.

El hito más significativo, ya visible, que impulsó la vocación turística de esta población, fue el inicio de los movimientos de tierras entre la Colonia y El Castillo, realizados para construir el puerto deportivo de La Duquesa. Así como la apertura de viales sobre el monte Hacho, en cuyas faldas se construiría el campo de golf y las urbanizaciones ligadas al puerto por la existencia de una promotora común.

Vuelo Interministerial, Julio de 1977

Vuelo Interministerial, Julio de 1977

En la ortofotografía del Instituto Geográfico Nacional de 1984 se observa en primer lugar que el puerto deportivo está construido, así como una serie de nuevas urbanizaciones localizadas en su proximidad y directamente ligadas a esta operación. El puerto, gestionado por Marinas del Mediterráneo, tiene una capacidad de 328 atraques, de un tamaño medio y supone un salto cualitativo en la oferta turística de la costa de Manilva.

La construcción de su espigón de abrigo ha ocasionado un efecto de barrera al detener los sedimentos en suspensión por las corrientes dominantes, lo que ha provocado la acumulación de arenas al norte y una grave afección sobre las playas existentes al sur, que han retrocedido, siendo necesario construir una escollera y defender el frente litoral próximo a El Castillo, ya que las casas se vieron amenazadas en los periodos de temporales. Además, las embarcaciones de pesca que varaban en esta playa -prácticamente desaparecida- se han tenido que trasladar al sur del arroyo del Estanquillo.

Vuelo del Instituto Geográfico Nacional, septiembre de 1984

Vuelo del Instituto Geográfico Nacional, septiembre de 1984

La confirmación de la vocación turística de este tramo del litoral se produce en la última década del siglo XX. Se fundamenta tanto en el atractivo de sus playas como en su papel de eslabón entre la Costa del Sol Occidental y los nuevos desarrollos turísticos que se consolidan en torno a Sotogrande y el turismo del golf. En la ortofotografía de la Junta de Andalucía de 2001 se observa un notable crecimiento de las dos poblaciones ya que se configura prácticamente un continuo urbano en este tramo litoral entre San Luis, que ahora por el norte se extiende hasta el río Manilva con la construcción de la urbanización de La Noria, y El Castillo, quedando sin edificar solo una gran parcela próxima a la vieja fortaleza, donde existía el cuartel de la Guardia Civil, terrenos que permanecen libres gracias al hallazgo de un importante yacimiento arqueológico con unas termas y fábricas de salazón de origen romano.

En la última década y media del siglo se inicia la construcción de un conjunto de urbanizaciones en torno al cerro del Hacho y muy próximos a La Duquesa Golf, campo de 18 hoyos en el que se construye el hotel de la máxima categoría, La Duquesa Golf. Estas operaciones pretenden captar un turismo cualificado y al que se vinculan un amplio conjunto de promociones inmobiliarias residenciales que rodean el campo deportivo, como Los Hidalgos, Jardines del Golf, Carmenes del Hacho, Cortijos del Golf, etc.

Ortofotografía de la Junta de Andalucía 2001

Ortofotografía de la Junta de Andalucía 2001

Sin embargo, es en los primeros años del siglo XXI cuando se produce la gran ocupación urbanistica en este tramo del litoral, que se observa en las ortofotografías del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea (2010-2013). Se impulsa el crecimiento de Manilva, triplicando su población desde los 5.768 habitantes (2000) y a los 14.587 (2015), de los cuales 6.206 se localizan en San Luis de Sabinillas y 2.772 en El Castillo, apareciendo con fuerza dos nuevos núcleos en el litoral: Alcorrín y La Chullera (1.485 y 485 habitantes). Este impulso además se ha concentrado temporalmente entre en el 2003 y el 2006, con tasas interanuales de crecimiento comprendidas entre 13,4% y 16,7%, que han convertido a este municipio en uno de los líderes a nivel andaluz en crecimiento demográfico en este periodo, lo que es particularmente notable por su tamaño medio.

Crecimiento anual de la población por municipios, 2005. Sistema de Información GeoEstadística de Andalucía (SIGEA)

Crecimiento anual de la población por municipios, 2005. Sistema de Información GeoEstadística de Andalucía (SIGEA)
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/SIGEA/poblacion.html#menu

Este crecimiento ha estado basado fundamentalmente en el desarrollo del sector de la construcción, ya que se observa un acentuado crecimiento urbanístico que ha hecho crecer el parque de vivienda destinado tanto a residentes extranjeros como a segunda residencia de turistas nacionales. Este desarrollo no era sostenible, y la crisis del sector de la construcción a partir del 2007 ha detenido la extensión urbana y provocado desde el año 2010 un estancamiento demográfico, incluso con valores negativos los años 2010, 2011 y 2013.

Los valores demográficos de Manilva son muy característicos: una población joven (22,4% menores de 20 años), con una importante población extranjera empadronada (el 41,3% del total el año 2014), por lo que constituye el 8º municipio andaluz con mayor población foránea, con predominio de británicos, y cuenta con un importante parque de viviendas de segunda residencia que hace que su población se multiplique por cinco en verano. Sin embargo, hasta el momento ha fracasado en su aspiración de acoger un turismo de calidad por su incapacidad para aumentar la oferta, ya que solo existen 121 plazas hoteleras y el hotel de mayor categoría ligado al campo de golf se ha visto obligado a cerrar.

Los problemas de tráfico que ocasionaban las carencias de la N-340 para acoger el tráfico urbano e interurbano a su paso por la travesía de Sabinillas se resolvieron en el primer lustro del siglo con la construcción de la autopista de peaje AP-4, al norte de la ciudad de Manilva y, sobre todo, con el desdoble de la vieja carretera, ahora denominada A-4 y la construcción de un paso subterráneo.

Pasada la fiebre del ladrillo por la crisis, este territorio litoral de Manilva debe aprender de las enseñanzas de su historia reciente, aprovechar su situación privilegiada entre el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol, y la concurrencia de importantes cualidades, además del sol y de las playas, para apostar por un modelo de desarrollo turístico diversificado y de mayor calidad, abandonando definitivamente la fracasada apuesta por la extensión ilimitada del turismo residencial que tan escasos réditos ha producido, y que es un alto consumidor de recursos territoriales.

Plan Nacional de Ortofotografía Aérea, 2010

Plan Nacional de Ortofotografía Aérea, 2010

Ortofotomapa de Andalucía 2010

Ortofotomapa de Andalucía 2010
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/lineav2/web