Carboneras, de pueblo agrícola y pesquero a polo industrial y turístico del Levante Almeriense

En medio siglo la población de Carboneras ha conocido una transformación radical. Soporte de una economía marginal primaria de subsistencia, en la década de los 70 y 80 conoce la implantación de dos modernas plantas industriales que transformaron su paisaje, pero que por sí solas fueron incapaces de facilitar un desarrollo equilibrado del tejido económico local, y que, por el contrario, acusan las contradicciones de un modelo exógeno y desequilibrado. La valoración de los recursos naturales presentes a partir de la declaración del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, el desarrollo de las actividades turísticas, el impulso de las actividades pesqueras y portuarias y la solución de uno de los principales cuellos de botella, la falta de agua, han transformado radicalmente el triste panorama que dibujó Goytisolo a mitad del siglo XX.

Un pasado marcado por la aclimatación a las condiciones adversas

Esta zona del sureste español estuvo marcada por la marginalidad territorial, el abandono y la pobreza: tierra hostil climáticamente, frontera castigada por los temporales, por las enfermedades y las incursiones de piratas. Como claro ejemplo de resilencia, la población desarrolla en este territorio un sistema de aprovechamiento de los recursos adaptado a las contrastadas condiciones ambientales y agronómicas de esta esquina peninsular marcada por la aridez y escasez de recursos hídricos, y cuyas principales características son: un modelo agrosilvopastoril que gestiona integradamente los cultivos, el aprovechamiento del monte y la ganadería, una orientación agrícola cerealista de secano, para la que se despliega un costoso manejo del suelo mediante aterrazamiento con balates (muros de piedra) que perseguía el máximo aprovechamiento del agua y el suelo. Es un modelo colonizador que no supone un exponente de modernidad, al contrario, el tipo de estrategia agrícola de subsistencia en estos terrenos era, por motivos climáticos, “al filo de la navaja” en los que a años buenos, de acopio, seguían años de carestía o incluso de hambre. En el caso de Carboneras, el municipio debe su nombre a la tradición en la producción manufacturada de carbón vegetal, aprovechando los extensos pinares pertenecientes al patrimonio del Marqués del Carpio, y que desaparecieron hace ya muchos siglos, curiosa paradoja pues mucho tiempo después se construiría aquí una gigantesca planta térmica abastecida con carbón importado.

En 1559 Felipe II hizo entrega de estas tierras al marqués con el mandato de edificar el castillo de San Andrés, para defender la costa de los ataques berberiscos y de la sublevación morisca. Es una sólida construcción cuadrangular de mampostería, hoy restaurada para acoger actividades culturales, en torno al cual se establece una modesta población, cuya función defensiva fue reforzada con la construcción de la torre del Rayo, al norte, y ya en el siglo XVIII del baluarte de la Mesa Roldán.

Un primer fenómeno que afectó a este territorio fue el ciclo minero del Sureste de finales del siglo XIX: el aumento de la demanda británica de minerales metálicos provocó un espectacular y efímero desarrollo de la minería provincial con la construcción de instalaciones de carga, transporte y arrastre (infraestructuras ferroviarias, cables aéreos y embarcaderos). La crisis siderúrgica de los años 20, la crisis del 29 y la competencia norteafricana inició una lenta agonía de la minería de Almería que desembocó en el cierre de la mayoría de las explotaciones antes de 1936. La huella de esta fiebre minera en Carboneras es el Ferrocarril Lucainena-Agua Amarga, una línea férrea de vía estrecha de 36 km. que operó entre 1896 y 1942 y destinada principalmente al transporte de mineral de hierro y plomo desde las minas de la ladera norte de Sierra Alhamilla, concretamente entre Lucainena de las Torres hasta el embarcadero localizado en Agua Amarga. Hoy en día su trazado se encuentra rehabilitado parcialmente como vía verde. Los restos de esta vía de ferrocarril, junto con el embarcadero de Agua Amarga y la fundición de Lucainena, fueron inscritos en el año 2004 colectivamente con carácter genérico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como patrimonio industrial relacionado con la minería de los siglos XIX y XX en la provincia de Almería.

En la literatura encontramos, de la mano de Juan Goytisolo, un fragmento que describe lo que era este territorio a finales de los años 50:

“En Almería, cuando se menciona Carboneras, la gente toca madera y se santigua. Supersticiosamente muchos evitan pronunciar el nombre y hablan del pueblo en perífrasis: “ese puerto que queda entre Garrucha y Aguas Amargas”, “ese sitio que no se puede decir” y otras frases por el estilo. Como para mantener lo bien fundado de la leyenda, la estampa que ofrecía después del turbión se ajustaba exactamente a la que la imaginación popular le atribuía. La mayoría de las casas estaban cerradas, los habitantes se escurrían por las calles como sombras y el mar embestía contra la playa, negro y enfurecido.”

Campos de Níjar (1960) Juan Goytisolo

Así describía el reciente premio Cervantes su llegada a Carboneras, última parada de un itinerario hostil por los Campos de Níjar. Era un día de tormenta, de tormenta climática y de conflicto interior, de indignación moral ante la miseria que ha visto durante los tres días de viaje. En una taberna del pueblo pide un litro de vino que bebe en soledad. Toda la tarde está vagando por el pueblo sin saber adónde le llevaban los pasos. Se acuesta sobre la arena de la playa, donde permanece varias horas. Unos niños le despiertan y al levantarse oye decir a uno de ellos: «Parece que se ha muerto alguno. Mi madre lo ha visto llorando». El viajero llora de rabia e impotencia. Es el final triste de esta obra, definida como de realismo social, crónica de una iniciación, proceso a través del cual el paisaje físico y humano transforma al autor, o de exploración de la realidad que subyace bajo el pintoresquismo.

Mapa Topográfico Nacional. Hoja nº 1046. Escala 1:50.000 (1956)

Mapa Topográfico Nacional. Hoja nº 1046. Escala 1:50.000 (1956). Instituto Geográfico y Catastral. Cartoteca del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía IECA1989001750
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getisbn/query/carboneras/autor//titulo//lugargeo//materias//fechadesde//fechahasta//buscar/Buscar/startid/70/id/96421

En la imagen del Vuelo Americano de 1956-57 se observa el escaso grado de transformación del territorio: una población muy reducida, donde solo resalta el castillo, rodeado por un caserío modesto y calles estrechas, donde destacaban la Casa de Los Fuentes, un edificio señorial del siglo XIX que actualmente alberga las dependencias del Ayuntamiento de Carboneras, y otro edificio de este carácter situado en lo que hoy es el Parque Andaluz. Las infraestructuras, muy modestas: hacia el sur la carretera al faro de la Mesa Roldán, hacia el este la carretera de Níjar, y el ferrocarril minero abandonado. El uso agrícola del territorio es imperceptible a primera vista en la orto, pero evidente con un análisis detallado por la existencia de numerosas obras de fábricas en las ramblas y en las laderas que permitían la retención de suelo y agua y la explotación agrícola y pecuaria. La población de la localidad contaba con 1.645 habitantes (1960, nomenclátor de entidades de población) y mostraba una dinámica declinante: en 1940 llegó a los 2.027.

Ortofotografía del Vuelo Americano, serie B, 1956-57. Junta de Andalucía- Ministerio de Defensa

Ortofotografía del Vuelo Americano, serie B, 1956-57. Junta de Andalucía- Ministerio de Defensa

Detalle de la población de Carboneras. Vuelo Americano, serie B. 1956-47

Detalle de la población de Carboneras. Vuelo Americano, serie B. 1956-47

Un verdadero terremoto local se produjo en 1962 con el rodaje de la celebre película de David Lean, Lawrance de Arabia, para el que se construyó en Carboneras, en la desembocadura del río Alías y en la playa del Algarrobico, una reproducción de la ciudad jordana de Áqaba, con 300 viviendas y una gran mezquita. El script (localizador de exteriores, ayudante de dirección) Eddie Fowlie, enamorado de estos paisajes, como consecuencia de este rodaje abre el Hotel El Dorado, durante mucho tiempo el segundo hotel de la provincia, residencia propia y en el que se alojaron actores y artistas, como John Lennon en 1966, mientras rodaba la película “Cómo gané la guerra”. Este hotel fue la primera edificación construida en la playa del Ancón, hoy principal playa urbana de Carboneras, e inició la expansión de la localidad hacia el norte.

Reproducción de la ciudad Áqaba levantada en la desembocadura del río Alías para la película Lawrance de Arabia

Reproducción de la ciudad Áqaba levantada en la desembocadura del río Alías para la película Lawrance de Arabia. Fuente: Ayuntamiento de Carboneras.
http://www.turismodecarboneras.com/index.php/es/descubrenos/carboneras-de-pelicula

John Lennon en Carboneras, 1966

John Lennon en Carboneras, 1966. Fuente: 20minutos
http://cdnb.20m.es/trasdos/files/2012/08/lennon-en-carboneras.jpg

Otro hito significativo, en este caso del turismo residencial, es la construcción en 1964 en la playa de las Marinicas, en la inmediaciones de la futura planta térmica, de la vivienda unifamiliar proyectada por el arquitecto belga André Bloc, conocida como el laberinto. La originalidad de la obra es arquitectónica, convirtiéndose en un icono local: consiste en la concepción del edificio como escultura, cuyas formas orgánicas delimitan espacios interiores transitables rompiendo el espacio geométrico. Interiormente, la secuencia de espacios alberga sorprendentes efectos visuales reforzados al ser realizada con materiales encontrados en el propio terreno a base de arcos y bóvedas, que se recubren por completo por enfoscado encalado. Esta construcción sirvió de señuelo para la expansión urbana de Carboneras hacia el sur, por la playa de las Marinicas.

John Lennon en Carboneras, 1966

La Casa Bloc. Banco de imágenes del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico
http://www.iaph.es/imagenes-patrimonio-cultural-andalucia/imagen.php=18497&a=3311&alt=2816&anc=1880&flv=no

El desarrollo industrial exógeno y el crecimiento urbano de Carboneras

En la década de los ochenta del siglo XX se produce una verdadera convulsión con la implantación de dos enormes instalaciones fabriles que aprovechan las ventajas locacionales, y que transforman el panorama, aunque su impacto en el tejido económico de Carboneras sea limitado por no construir bases para su desarrollo equilibrado, sostenible y diversificado, y muchos cuestionen que no compense el coste ambiental y paisajístico que supusieron. En 1977 se inician las obras de una gran cementera y de un puerto, y poco después, aprovechando las sinergias de estas instalaciones, la de la mayor infraestructura de producción de electricidad de Andalucía: una planta térmica de carbón. La fuerte inversión atrajo a centenares de trabajadores y la población conoció un fuerte aumento: 2.941 habitantes en 1981 y 4.709 en 1991. Las ortofotografías del Vuelo Interministerial de 1977 y la del Vuelo del Litoral de Andalucía de FOYCAR de 1984 dan una idea de la magnitud del impacto.

La localidad crece sobre todo hacia el norte de forma desordenada, descuidando el frente litoral. Para facilitar la conexión norte-sur, obstaculizada por una trama viaria muy estrecha, no se ocurre otra solución que construir una calzada sobre la playa que ocupa también la rambla del Pozo.

El impacto territorial de las implantaciones industriales son aun mayores por su entidad y trascendencia. Aparte de las propias instalaciones fabriles y portuarias, en las que luego nos detendremos, las ramblas del Cinto, Olivera y de las Contraviesa tuvieron que ser desviadas para alejar el riesgo de avenidas sobre el complejo, se creó una enorme cantera al oeste de la cementera que nutre de materia prima a la factoría, se construyó la red eléctrica de alta tensión para evacuar la producción eléctrica, las tomas de agua y el canal de refrigeración para la caldera (cuya salida de aguas es bien visible al norte del puerto) y unos nuevos accesos a todo el complejo desde la N-340.

Ortofotografia del Vuelo Interministerial, Instituto Geográfico Nacional. 1977-78

Ortofotografia del Vuelo Interministerial, Instituto Geográfico Nacional. 1977-78

Fotograma del Vuelo del Litoral de FOYCAR, septiembre 1984. Propiedad del IECA

Fotograma del Vuelo del Litoral de FOYCAR, septiembre 1984. Propiedad del IECA

La cementera y el puerto de Hornos Ibéricos, propiedad actual de Holcim España S.A., estuvieron a punto de implantarse en Cartagena a finales de los 70, pero Carboneras ofrecía más territorio disponible y la cercanía inmediata de la materia prima indispensable (roca caliza), de manera que sus administradores se decidieron por el Levante almeriense. Las obras, con tecnología danesa, fueron adjudicadas a Agroman en 1977 y finalizaron a finales de 1979, iniciándose la producción de cemento en 1980. Las instalaciones cambiaron de titular y hoy son de la multinacional Holcim, uno de los líderes mundiales en producción y distribución de cemento, árido, hormigón y mortero, siendo esta planta una de las más modernas del grupo.

El complejo industrial cementero está formado por una fábrica dotada de la tecnología más avanzada y por un puerto por el que se canaliza el tráfico de entrada y, sobre todo, de salida de materiales. La fábrica se ha diseñado adaptando la disposición de los distintos elementos al proceso de producción y a las condiciones de espacio existentes en la rambla, obligando a una profunda transformación de la rambla Olivera. Su desarrollo es lineal, partiendo del primer paso del proceso, la extracción y trituración de la caliza, situada al fondo de la rambla, hasta llegar al almacenamiento de cemento en los silos, que se han construido a la salida de la rambla, junto a la carretera de Agua Amarga. En el puerto, con capacidad para buques de hasta de 60.000 toneladas, está centrada la distribución del cemento, con las correspondientes instalaciones de transporte, almacenamiento, ensacado, paletizado y carga a buques o camiones. La alimentación se produce a través de una cinta transportadora de gran capacidad. Se sitúa como una de las fábricas más importantes de España, en cuanto a volumen de producción de clínker, con un único horno de una capacidad de producción aproximada de 1.037.000 t/año. En la actualidad, la fábrica genera alrededor de 400 empleos, tanto directos como indirectos y es una de las empresas de referencia de la comarca.

Ortofotografía del Vuelo del Instituto Geográfico Nacional, 1984

Ortofotografía del Vuelo del Instituto Geográfico Nacional, 1984

La otra gran instalación, situada inmediatamenre al norte de la primera, es la central térmica del Litoral o de Carboneras. Entró en servicio en 1985. Hoy día, titularidad de Endesa Generación, S.A.. Consta de dos grupos generadores con una potencia total de 1.158,9 MW y es la más importante central térmica convencional andaluza, y la tercera por potencia instalada de todo el parque, por lo que es una pieza fundamental del sistema energético andaluz.

Tradicionalmente, los factores fundamentales de la localización de las centrales térmicas venían determinados por la existencia de yacimientos de carbón en las proximidades y/o por la cercanía de importantes centros de consumo. En el caso de la central térmica Litoral, en el que no se cumplía ninguno de estos requisitos, la motivación de la instalación obedeció a distintas circunstancias: por una parte, el creciente desarrollo económico de España, y concretamente de Andalucía, exigía el incremento de potencia eléctrica instalada en las mejores condiciones tecnológicas y de coste, así como diversificar las fuentes primarias de generación eléctrica; por otra, la Central Litoral fue construida en el marco del Plan Acelerado de Centrales de Carbón redactado en 1979, durante la llamada "segunda crisis del petróleo", que aconsejó a los países de la OCDE la reducción de la dependencia del petróleo como fuente de energía primaria, así el Plan Energético Nacional de 1979 recogió esta directriz e incluyó, entre las acciones para llevarla a cabo, la construcción de una serie de centrales de carbón en España, entre las que se encontraba una que debería ubicarse en el litoral de Almería. La central debía construirse preferentemente en la zona de Carboneras para aprovechar las instalaciones portuarias anteriormente preparadas para dar servicio a la fábrica de cemento. Pero estas instalaciones portuarias se tuvieron que ampliar con un nuevo puerto capaz de recibir grandes barcos con carbón importado con calados próximos a los 17 metros y buques de 160.000 TPM. Ambos puertos son privados, en régimen de concesión administrativa, y su control recae en la Autoridad Portuaria de Almería desde 1992.

La construcción del complejo central-puerto supuso una inversión material de 907 millones de euros. La casi totalidad de su ingeniería y equipos fueron suministrados por empresas españolas y se utilizaron cinco millones de horas-hombre, con una punta máxima de empleo de 1.500 personas. Una buena parte de estar inversiones se destinó a minimizar su incidencia en el medio ambiente, para lo cual se construyó una chimenea de evacuación de 200 metros de altura, que forma parte del paisaje local y comarcal por su visibilidad.

Como curiosidad, el Vuelo de Foycar de septiembre de 1984 sobre el litoral de Andalucía, coincidió con la primera descarga de carbón realizada en ese puerto. Dada las escasas precipitaciones existentes en la comarca, el parque de carbones de la térmica carece de cubierta, por lo que se puede observar claramente el parque prácticamente vacío, con la primera descarga de hulla.

La construcción de estas dos plantas de industria pesada fue acompañada por la de una importante red eléctrica de alta tensión, primero de 132 kV para el suministro de los hornos de la planta cementera y luego de 400 kV para evacuar la producción de la planta térmica. También la vieja carretera provincial fue sustituida por una moderna carretera, la N-341, infraestructura que por facilitar el acceso a las instalaciones portuarias fue considerada de interés general del Estado y construida por el Ministerio. En la fotografía aérea de 1984, cuando ya estaban construidas las dos grandes plantas, la carretera estaba a medio hacer, por lo que el traslado de las grandes piezas componentes de las factorías tuvo que hacerse por mar.

Fotograma del Vuelo del Litoral de FOYCAR, septiembre 1984. Propiedad del IECA

Fotograma del Vuelo del Litoral de FOYCAR, septiembre 1984. Propiedad del IECA

El necesario desarrollo diversificado de las dos últimas décadas

La ciudad de Carboneras ha tenido un crecimiento sostenido en el último cuarto de siglo desde los 4.709 habitantes (1991) hasta los 7.014 (2011), en el que alcanzó su máximo demográfico. Hoy día la ciudad tiene 6.733 habitantes (2014) y aunque dista mucho de haber llegado a una situación plenamente satisfactoria, sí se han sentado las bases para un desarrollo diversificado por el impulso de las actividades turísticas, pesqueras y portuarias. El análisis de la evolución urbana permite apreciar la extensión de la población, y a ello ha ayudado la consolidación de las actividades turísticas gracias a la coexistencia de dos modelos turísticos opuestos: turismo residencial y estacional / turismo “de calidad”. El primero de ellos tiene su base en el turismo de sol y playa y su manifestación en un notable aumento del parque de viviendas de segunda residencia. El segundo está vinculado además a la presencia de los singulares espacios protegidos del Cabo de Gata, que ha permitido la presencia de un conjunto de empresas vinculadas con actividades subacuáticas, de naturaleza y de establecimientos hosteleros y de restauración. En estos años se ha producido la consolidación de la fachada litoral, en la que se construye el paseo marítimo y el Parque Andaluz, y las instalaciones hoteleras y de restauración en general de mediana y pequeña dimensión que se localizan preferentemente en torno a las playas urbanas del Ancón y de los Cocones (19 hoteles, hostales y pensiones con 555 plazas según el Registro de Turismo de Andalucía, 2014, disponible en SIMA). La ciudad crece fundamentalmente hacia el este, donde se construyen buena parte de las nuevas viviendas, y la parte más cualificada en las faldas de la Punta del Rayo.

El turismo de calidad tiene mucha relación con la creación en 1987 del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, el primero del litoral andaluz, que dejó fuera de sus límites a la zona industrial y el entorno de la localidad. Sin embargo, sí se protegió gran parte del término municipal, incluyendo elementos tan destacados como la desembocadura del río Alías, La Mesa Roldán (que había sido vaciada parcialmente y usada como cantera para las escolleras de los puertos) y la vecina playa de los Muertos.

En 2003 fue declarado Monumento Natural la isla de San Andrés (7 ha protegidas) que es una seña de identidad para esta población costera. Se trata en realidad de dos islotes («isla Grande» e «isla Chica»), el mayor de 1,5 ha, de origen volcánico y situados frente a la ciudad de Carboneras, a 400 m de la playa de la Puntica. Aunque a simple vista parezcan yermas y desnudas, albergan en su entorno una elevada riqueza natural. En las grietas, cráteres y oquedades de origen volcánico de sus fondos vive una rica fauna marina que desova y se alimenta en las extensas praderas de Posidonia oceánica, formación exclusiva del litoral mediterráneo que además de albergar la fauna evita la erosión marina y mantiene las aguas limpias y oxigenadas.

John Lennon en Carboneras, 1966

Mapa del Parque Natural del Cabo de Gata 1:45.000 (2ª edición. 2005). Instituto de Estadística y Cartografía, Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Descargable en:
http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/ieagen/catalogo/cartografia/descargas/PPN_Cabo_de_gata_nijar.pdf
http://www.cma.junta-andalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/publicacionesEspNat.do?sig=2&idEspacio=7406

La finalización de las obras de los dos grandes centros industriales provocó una gran expectativa y un rápido crecimiento de la población que no se correspondió con la realidad, pues el empleo efectivo de estas dos grandes industrias fue menor del esperado y ocupado en buena parte por personal foráneo muy especializado, lo que generó una gran frustración en la población local. En octubre de 1981 se produjo un grave conflicto social en Carboneras que tuvo su origen en problemas laborales de las fábricas, pero que se extendió por toda la localidad como consecuencia del profundo malestar existente por las expectativas incumplidas que habían generado las dos grandes industrias pesadas. Una de las reivindicaciones locales era la de la construcción de un puerto pesquero. La tradición pesquera de Carboneras, concretada en unas pocas traiñas varadas en la playa, se veía constreñida por la falta de unas instalaciones adecuadas. Como consecuencia de estas reivindicaciones, en 1991 entró en servicio, construido muy cerca de donde se varaba la modesta flota pesquera sobre la playa de los Cocones o de los Barquicos, un moderno puerto pesquero con lonja y varadero, lo que ha facilitado el desarrollo del sector, el más importante del Levante de Almería con cerca de 80 embarcaciones dedicadas al palangre y al cerco que emplean a medio millar de personas. El creciente uso de embarcaciones turísticas de estas instalaciones, que compiten con el uso original para el que fue creado el puerto, hizo que en 2014 se haya aprobado por la Agencia Pública de Puertos de Andalucía la ampliación del puerto para acoger 250 amarres para embarcaciones deportivas.

Las actividades portuarias han conocido también en el último lustro un importante impulso. La Autoridad Portuaria de Almería ha realizado una importante inversión para construir entre la terminal de Endesa y la cementera, en lo que fue la playa de la Torre Vieja, el muelle de Ribera I, y el muelle de Ribera II, infraestructuras públicas destinadas a graneles y mercancías generales que han entrado en servicio en el año 2012 y que están teniendo una evolución de tráfico muy positiva (movió 500.000 t. en 2012) fundamentalmente gracias a la exportación de yesos y derivados del mármol, por lo que está prevista la ampliación del muelle de Ribera I. Las actividades portuarias de Carboneras se completan con la modernización del resto de las instalaciones privadas: el muelle de descarga de graneles de Endesa ha sido modernizado para convertir estas instalaciones en la base para la distribución de carbón que abastezca a las centrales de Endesa y de Enel, multinacional italiana, en el Mediterráneo con la instalación de dos grúas pórtico y la renovación de la cinta de descarga, obras que permitieron en 2013 la descarga de 2.548.425 t. de carbón procedente de Colombia, Sudáfrica e Indonesia. Las instalaciones de Holcim conocieron ya hace unos años una ampliación con la construcción del muelle norte, que junto con el preexistente movieron en 2013 916.283 t. de cemento, clinker, yeso, coque y escoria.

Ortofotografía del vuelo de la Junta de Andalucía de 2004, con el puerto pesquero y la desaladora

Ortofotografía del vuelo de la Junta de Andalucía de 2004, con el puerto pesquero y la desaladora

Uno de los cuellos de botella para el desarrollo del Levante es la situación precaria en el suministro de agua. Para resolver este problema se construye la desaladora de Carboneras (Almería), ubicada entre la cementera y la central térmica, aprovechando las sinergias sobre todo con esta última infraestructura. Entró en servicio en el año 2005 para generar nuevos recursos hídricos en una de las zonas más secas de la Península Ibérica, con unas precipitaciones medias de 220 mm. Es una infraestructura básica para el Levante Almeriense. Fue la primera de las grandes desaladoras construidas en la Península y una de las mas importantes de Europa, en la que se ha aplicado una tecnología que ha convertido a nuestro país en líder de estas instalaciones.

La desaladora de Carboneras tiene una capacidad de producción de 120.000 metros cúbicos al día, equivalentes a 42 hm3 anuales. La tecnología utilizada es la de ósmosis inversa, con una conversión del 45%, lo que supone que de cada 100 litros de agua marina se obtienen 45 de agua desalada de calidad. La construcción de esta planta, junto a las correspondientes conducciones, ha supuesto una inversión global, incluida la impulsión y las distribuciones de Poniente y Levante, de 337,7 millones de euros, de los cuales 131,7 millones corresponden a la desaladora.

Hasta hace una década, el elevado consumo de energía necesario para la desalación encarecía el proceso hasta niveles nada competitivos. Hoy, la implantación de la tecnología de ósmosis inversa y los modernos dispositivos de recuperación, que aprovechan hasta un 85% de la energía que conserva la salmuera para impulsar las turbinas antes de devolverla al mar, han reducido enormemente el consumo de energía. Así, entre las novedades aplicadas en esta planta destaca el uso del agua de rechazo para generar energía. Con todo, la electricidad sigue suponiendo el 60% del coste total de desalar, pero se ha conseguido reducir el consumo hasta los 3 kilovatios por metro cúbico cuando hace cuatro décadas hacían falta 40 KW.

La tecnología utilizada aplica el principio de que dos soluciones de diferente grado de concentración y separadas por una membrana tienden a igualarla hasta alcanzar un equilibrio: una potente bomba somete el agua de mar a una intensa presión y la hace atravesar unas membranas semipermeables que dejan pasar el agua, pero no la sal. El otro problema que plantea el proceso es minimizar el impacto de las salmueras, ya que el agua entra en la planta con 37 gramos por litro y sale con unos 79, concentraciones que puntualmente puede representar un peligro para los frágiles ecosistemas del Mediterráneo, siendo criterio prioritario para el diseño de las emisiones el preservar las praderas costeras de Posidonia oceánica y otras especies amenazadas, para ello se aprovecha el canal de refrigeración de la central térmica para diluir la salmuera antes de su llegada al mar, con lo que se evita cualquier tipo de afección al entorno marino.

Con esta planta se da una respuesta definitiva al déficit hídrico de una de las zonas más áridas del país, asegurando el desarrollo de dos sectores económicos fundamentales para Almería, como son el turismo y la agricultura de alto rendimiento. El agua para consumo humano de la desaladora de Carboneras beneficia a numerosos municipios del Levante Almeriense y del Bajo Almanzora, además de a Níjar. Por otro lado, también llegará hasta el Campo de Tabernas y Los Llanos de Almería mediante la ampliación de la red de distribución, que en la actualidad está en ejecución, conformando así la red de distribución de agua más importante de Almería, con más de 250 km de conducciones que cubren una gran parte de su territorio. En total, servirá a unas 120.000 personas residentes fijas, que se elevan hasta 200.000 durante el verano. En cuanto al riego, el agua de esta planta será utilizada por la Comunidad de Regantes del Campo de Níjar, con 7.000 hectáreas de invernaderos. Asimismo, los agricultores del Valle del Almanzora complementarán sus actuales recursos hídricos con el agua desalada, beneficiando también al olivar del Campo de Tabernas.

Carboneras cuenta desde mediados de la década pasada con una piscifactoría dedicada a la cría y engorde de lubina y dorada, que se ha implantado al norte del puerto de la térmica, muy cerca de la costa. Grandes jaulas flotantes se han fondeado para facilitar esta nueva actividad.

El negro futuro de la plantas de carbón en España y el desafío tecnológico para la continuidad de la de Carboneras

Las centrales movidas por carbón han sido las claras perdedoras del sector energético español habiendo caído su peso en la tarta de potencia instalada ha caído, tanto por el consumo de energía fósil no renovable como por su impacto por las emisiones de carbono. La mitad dependen del mineral nacional y cerrarán en la medida que lo hagan las minas en el año 2018. La viabilidad del resto pasa por instalar la tecnología de captura y almacenamiento de CO2, reducir sus emisiones y mejorar su eficiencia. La planta térmica de Carboneras está en ello y ha conocido sucesivas ampliaciones y mejoras: el segundo grupo de 582 mw entró en servicio en 1997, en 1999 tuvo lugar la puesta en funcionamiento de la segunda terminal portuaria y, ese mismo año, se amplió la capacidad de transporte del circuito puerto-parque de carbones de la central. Señalada como uno de los principales focos de contaminación de Andalucía por CO2, en los últimos años la planta de Carboneras ha ido incorporando los sistemas tecnológicos más avanzados para conseguir un óptimo rendimiento con hulla de alto poder calorífico y un funcionamiento con un impacto medioambiental mínimo, acorde con las más exigentes normas en este ámbito, tanto en las operaciones que se llevan a cabo en el puerto como en las de la propia central.

Endesa Generación ha realizado un importante esfuerzo para construir y poner en servicio la nueva planta de desulfuración de los gases de combustión del grupo el año 2010. En esta planta se tratan la totalidad de los gases de combustión del grupo generador, sometiéndolos a un lavado en una torre de absorción donde se ponen en contacto con una lechada de caliza, lo que permite reducir significativamente la emisión del SO2 a la atmósfera. Ha puesto también en marcha un Sistema Tangencial de Combustión de Bajo NOx que consiste en el escalonamiento del aire de combustión en la caldera, con lo que se consigue reducir la oxidación del nitrógeno del aire y del combustible, minimizando así las emisiones de estos gases. Asimismo, y mas allá de los requerimientos normativos, la central térmica ha procedido a la modernización del cuerpo de alta/media presión de la turbina de vapor principal en el grupo I, con el objetivo de mejorar su eficiencia. De esta forma, para producir la misma energía eléctrica se requiere un menor consumo de combustible y consecuentemente se reducen las emisiones de CO2.

Hoy su explotación genera un empleo directo medio al año de 250 personas, con una contribución anual media de recursos económicos en la provincia de Almería muy significativa. La alta capacidad de su terminal portuaria y su avanzada tecnología y eficiencia, garantizan la alta competitividad del principal centro productor de energía eléctrica de Andalucía.

Aspecto de los puertos de Carboneras antes y después de la construcción de los muelles de la Ribera I y II
Aspecto de los puertos de Carboneras antes y después de la construcción de los muelles de la Ribera I y II
Aspecto de los puertos de Carboneras antes y después de la construcción de los muelles de la Ribera I y II

Aspecto de los puertos de Carboneras antes y después de la construcción de los muelles de la Ribera I y II. Tras la escollera del puerto se observa la piscifactoría y el puerto pesquero. Fuente: Autoridad Portuaria de Almería
http://www.apalmeria.com/index.php?option=com_morfeoshow&task=view&gallery=10&Itemid=108&lang=es#5647701166677157521/1

Detalle de las dos plantas industriales y de la desaladora
Detalle de las dos plantas industriales y de la desaladora

Ortofotografía del Plan Nacional de Ortofotografía, 2013. Detalle de las dos plantas industriales y de la desaladora