Los estudios de género, desarrollados al calor del protagonismo social adquirido por las mujeres en las últimas décadas del siglo XX, han ido asumiendo una relevancia progresiva a la hora de desvelar las posiciones relativas de hombres y mujeres en los distintos ámbitos de la vida pública y privada, y, cada vez más, la influencia de sus análisis se deja sentir en la interpretación y corrección de determinadas inercias discriminatorias, y en el diseño de actuaciones y de políticas desde una perspectiva de igualdad.
Entre estos estudios, pertenecientes a un amplio abanico de saberes y disciplinas, los pertenecientes al ámbito estadístico desempeñan un papel fundamental. Las razones son muchas y van desde la transparencia de su óptica, o su absoluta proximidad a los fenómenos que observa, hasta lo prácticamente ilimitado de su ámbito de aplicabilidad o la posibilidad de establecer perfiles evolutivos. Las capacidades inherentes a la práctica estadística de género son, por lo tanto, el indicador más claro de la responsabilidad que está destinada a asumir en el análisis de pautas y situaciones de desequilibrio, y su incorporación a la estadística pública, por el momento muy incipiente, es una prueba de coherencia en el ejercicio de esa responsabilidad.
Con este primer Anuario Andaluz de las Mujeres, la Consejería de Economía y Hacienda, a través del Instituto de Estadística de Andalucía, pretende avanzar un paso más en la perspectiva de género iniciada en marzo con Mujeres Andaluzas Datos Básicos 2001, y dar continuidad a este ambicioso proyecto estadístico. Lo hace en la conciencia de estar posicionada en una rompiente necesaria. No en vano, como anunciaba entonces, está llevando a cabo una iniciativa pionera en el ámbito de la estadística pública nacional.
A lo largo de los 7 capítulos que lo integran, se da cobertura a un rico panorama de datos acerca del dinamismo demográfico, de las pautas de convivencia sociofamiliar, de las condiciones educativas, de la situación laboral, de la realidad sanitaria, de los aspectos relativos a la protección social y de la integración femenina/masculina en foros y procesos de participación social. Algunas de las fuentes aportadas son absolutamente novedosas en el panorama estadístico. Así sucede con la Explotación de las Familias y los Hogares andaluces en base a la EPA, con la Encuesta de Demanda Universitaria en Andalucía o con la información recopilada acerca de la participación de las mujeres en la vida pública de nuestra Comunidad. La publicación conjunta de todas ellas en una obra de síntesis con el detalle y la entidad de la que el lector tiene entre sus manos, constituye, esperemos que por poco tiempo, una radical novedad.
Confiamos en que la ciudadanía andaluza salude este primer Anuario Andaluz de las Mujeres 2001 con el mismo entusiasmo con que ha venido trabajando, año tras año, en la equiparación de recursos y de oportunidades entre hombres y mujeres, relevando modelos, cambiando esquemas, modificando actitudes y demostrando, tal como el Anuario refleja en su lenguaje de cifras y porcentajes, una sostenida y unánime pasión por mejorar. Si, tal como un día escribió la malagueña María Zambrano, "la verdad es poder", las andaluzas y los andaluces que vuelvan la mirada sobre este paisaje vivo que la estadística enseña, habrán de encontrar en él nuevas y numerosas razones, perspectivas y poderes para seguir trabajando en favor de la igualdad.
Magdalena Álvarez Arza
Consejera de Economía y Hacienda
Presidenta del Consejo Andaluz de Estadística